Cargas policiales tras el lanzamiento de piedras y latas en el acto de Vox
Máxima tensión en el inicio de precampaña en la ‘plaza roja’ de Vallecas
Vox celebró anoche el acto de inicio de la carrera electoral a la presidencia de la Comunidad de Madrid en el obrero barrio de Vallecas con un acto cargado de máxima tensión y que derivó en numerosas cargas policiales tras el lanzamiento de latas, piedras y adoquines por parte de los manifestantes . Tras la negativa inicial del Ayuntamiento a concederles el permiso por un defecto de forma, la formación de extrema derecha apeló a la Delegación del Gobierno para celebrar el mitin en uno de los históricos barrios de la capital. Los de Vox lograron ayer una expectación mucho más elevada de la que el último CIS otorgó a Rocío Monasterio, quien apenas superaría el umbral que marca la representación parlamentaria.
Arropada por el presidente nacional del partido y director de campaña, Santiago Abascal, Monasterio entonó un discurso lleno de reproches a la izquierda y más dirigido a las redes sociales y a los informativos que a los propios vecinos, entre los que apenas cosechó el 5,29% de los votos en los comicios del 2019. Porque jugar en territorio hostil era, precisamente, lo que la formación de extrema derecha buscaba eligiendo Puente de Vallecas para su acto. Crispando el ambiente y otorgándose el papel de víctima con el que tensionar la campaña y movilizar al mayor número de votantes de Vox que en los últimos sondeos amagan con cambiar su voto para otorgárselo a la candidata del PP, Isabel Díaz Ayuso.
En la previa, PSOE, Más Madrid y Unidas Podemos no dudaron en interpretar el objetivo último de Vox y, alertados por la movilización de grupos antifascistas y de organizaciones vecinales para “boicotear el acto al grito de El barrio es nuestro”, firmaron un comunicado conjunto para pedir a los vallecanos que se abstuvieran de acudir al acto para no conceder a la extrema derecha argumentos que luego pudiera “instrumentalizar en su beneficio”.
La llamada de la izquierda a dar la espalda a la concentración, no obstante, funcionó a medias. La conocida como plaza roja de Vallecas no llegó a llenarse como en actos politicos anteriores, como el protagonizado por Manuela Carmena e Íñigo Errejón en el cierre de su campaña electoral del 2019, pero reunió a cerca de 2.000 personas. 300 simpatizantes de Vox y el resto de pos
Los simpatizantes de izquierda recibieron a los de Vox al grito de “fuera fascistas de nuestro barrio”
tulados más escorados a la izquierda que, en su mayoría, trataron de impedir la alocución de Abascal y Monasterio al grito de “Vallecas será la tumba del fascismo”.
Abascal animó a los suyos a reclamar “que las calles y los barrios no pertenecen a nadie”. Rodeado de un importante cordón de seguridad propia se dirigió hasta los protestantes provocando un tumulto que sirvió como detonante para un enfrentamiento entre manifestantes antifascistas y la policía.
En la plaza, desde dos horas antes, simpatizantes de izquierda recibieron a los de Vox al grito de “aquí están los antifascistas” o “fuera fascistas de nuestro barrio”. Pasadas las 18.45 horas, con la llegada de los primeros dirigentes de Vox como Ortega Smith, y separados por un anillo de seguridad formado por un centenar de agentes la Policía Nacional, manifestantes de uno y otro bando rivalizaron en una batalla de consignas. Desde Vox contestaban reclamando mayor seguridad en los barrios para, acto seguido, ser contestados por cánticos de “nativa o extranjera, la misma clase obrera”.
“No sé si han conseguido lo que querían pero desde luego nunca había visto yo tanta policía en Vallecas”, aseguró a La Vanguardia Javier, un vecino que guardaba cierta distancia de seguridad “para que no me cuenten como simpatizante de Vox”. Otras vecinas se quejaban de que se hubiera autorizado un acto que “solamente busca provocar, que salte la chispa y que Vallecas vuelva a relacionarse con una imagen irreal”.