Arrimadas no cree que Rivera se acerque al PP
El silencio público de Albert Rivera ante la delicada situación por la que atraviesa Ciudadanos tras el trasvase de destacados cargos del partido al PP también tiene una dimensión privada. Su sucesora en la presidencia de la formación, Inés Arrimadas, admitió ayer que no habla con él desde diciembre y que, en todo caso, espera que no esté detrás de la campaña de absorción desencadenada por los populares tras la fallida moción de Murcia.
Entrevistada en La Sexta, Arrimadas reconoció que la última conversación que tuvo con Rivera fue en Navidad y que desde entonces no han vuelto a tener contacto. Eso quiere decir que no hablaron tras el descalabro de Cs en las elecciones catalanas y que tampoco lo hicieron después del intento de desbancar, de la mano del PSOE, al PP del Gobierno de Murcia, el episodio que desató las encarnizadas hostilidades con el partido de Pablo Casado.
La dirección de Cs trató entonces de cerrar las vías de transfuguismo ampliando el comité ejecutivo para hacer frente al creciente malestar interno, pero no pudo contener un reguero de sonoras fugas que cuestionaban las decisiones de la cúpula naranja.
En más de una ocasión, Rivera ha dejado entrever que no comparte la estrategia actual de Cs, que ahora tiene ante sí el desafío de que Edmundo Bal no sucumba al arrojo de Isabel Díaz Ayuso y quede fuera de la Asamblea de Madrid. De ahí que aunque Arrimadas asegurara que ella y Rivera no están “peleados” se deslizara cierta sombra de duda sobre el posible acercamiento de este al PP: “Yo creo que no, quiero creer que no, espero que no y de verdad que creo que no”.