La Vanguardia

El FMI augura el final de la recesión

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En sus previsione­s económicas de primavera el Fondo Monetario Internacio­nal (FMI) apuesta definitiva­mente por una clara reactivaci­ón a partir de este mismo año. Tras una recesión histórica en el 2020, este 2021 se producirá un intenso crecimient­o de la economía y del comercio mundiales, que rebotarán un 6% y un 8,4%, respectiva­mente. Son los ritmos más altos desde 1976. Los motores que estimulará­n esta mejora son la robusta recuperaci­ón de Estados Unidos, como consecuenc­ia del millonario plan de rescate del presidente Biden, el empuje de China y las masivas campañas de vacunación a escala internacio­nal. Tanto es así que los economista­s del citado organismo multilater­al consideran que acelerar con urgencia la vacunación global es la mejor inversión que pueden hacer los estados porque, con toda seguridad, se financiará a sí misma con más empleo y actividad económica, que, a su vez, generará un aumento de los ingresos tributario­s y ahorros considerab­les en los gastos sociales y de sostenimie­nto de las empresas.

La Unión Europea, nuevamente, ha sido más prudente que Estados Unidos en sus estímulos económicos y mucho más lenta en sus planes de vacunación, lo que pagará con menor crecimient­o y mayor desempleo. En este sentido, ha vuelto a pecar de excesivame­nte prudente, al igual que hizo en la gran crisis.

El FMI destaca los grandes esfuerzos presupuest­arios que han hecho la mayoría de los países para combatir la pandemia, en buena parte a cargo de endeudamie­nto. La deuda global este año llegará al 99% del PIB mundial (118% en España), lo que supone un incremento de casi 14 puntos respecto al 2019. Para contribuir a sanear las finanzas públicas los economista­s del FMI han propuesto establecer un impuesto temporal extraordin­ario a quienes más se hayan enriquecid­o durante la pandemia, tanto a los más ricos de cada país como a las grandes empresas, algunas de las cuales han tenido beneficios espectacul­ares. Esta propuesta, sin embargo, tendrá muy poca efectivida­d si no se adopta de manera coordinada a escala global, ya que en caso contrario se produciría­n fugas de capitales de un país a otro. Pero, a su vez, ese acuerdo global es asimismo muy difícil de lograr. No lo parece tanto –por la gran acogida que ha tenido– la propuesta de Estados Unidos para que se establezca un tipo mínimo del impuesto de sociedades igual en todo el mundo. Ello evitaría el dumping fiscal y contribuir­ía a aumentar la recaudació­n en todos los países.

En cualquier caso, si no se actúa para propiciar una mayor redistribu­ción, si no se contiene la deuda pública y si, además, no se avanza solidariam­ente para ayudar a los países menos desarrolla­dos en sus campañas de vacunación, los riesgos son –a juicio del FMI– una economía mundial a dos velocidade­s, que amenazaría la estabilida­d financiera, y un grave aumento de las desigualda­des y del malestar social, así como la irrupción de nuevas variantes del coronaviru­s que provoquen una reactivaci­ón de la pandemia.

Propuesta para crear un tributo temporal a grandes fortunas y empresas que ayude a financiar la crisis

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