El Reino Unido deja de inocular AZ a menores de 30 años
El Comité Mixto de Vacunación e Inmunización (JCVI) del Reino Unido aseguró este miércoles que, en la medida de lo posible, no se debe administrar la vacuna Astrazeneca a menores de 30 años, debido a un efecto secundario muy raro de coágulos de sangre en el cerebro. Wei Shen Lim, jefe de la covid para el JCVI, dijo que, basándose en los datos y las pruebas disponibles, el comité ha aconsejado que es preferible ofrecer a los adultos en esa franja de edad y sin enfermedades subyacentes una alternativa a dicho medicamento cuando esté disponible.
“No estamos aconsejando dejar de vacunar a ningún individuo en ningún grupo de edad. Aconsejamos que se prefiera una vacuna en lugar de otra para un grupo de edad concreto, en realidad por la máxima precaución, más que porque tengamos alguna preocupación seria sobre la seguridad”, afirmó en una reunión informativa. Lim precisó que las personas deberían seguir recibiendo una segunda dosis de la vacuna de Astrazeneca si ya se les ha administrado una primera dosis.
Se da la circunstancia de que ayer el Reino Unido comenzó a aplicar la vacuna Moderna Inc., reforzando el programa británico de inmunización contra la covid en medio de preocupaciones sobre la vacuna de Astrazeneca Plc y un déficit de dosis. El secretario de Salud, Matt Hancock, dijo que la vacuna de Moderna se ofrecerá primero en el oeste de Gales. La versión será la tercera vacuna aprobada que se ofrece en el país británico, junto con la de Astrazeneca y la de los socios Pfizer Inc. y Biontech SE. Su lanzamiento sería aproximadamente dos semanas antes de lo esperado.
El Reino Unido ha ordenado 17 millones de la vacuna de dos dosis de Moderna, suficiente para inmunizar a 8,5 millones de personas. El éxito del programa de vacunación es crucial para la ambición del primer ministro, Boris Johnson, quien pretende reabrir completamente la economía del Reino Unido el 21 de junio. El martes, el ministro trató de tranquilizar a la gente sobre la vacuna Astra en medio de las continuas preocupaciones en Europa sobre los posibles efectos secundarios. Más tarde se supo que las vacunas aplicadas a niños en un estudio desarrollado por Astra y la Universidad de Oxford se habían detenido.