‘This is Valdebebas’
Los blancos ya han jugado un total de 25 partidos en el estadio Di Stéfano, que se estrena en un Madrid-barça
Está al lado del hospital Enfermera Isabel Zendal. Desde sus campos se ven perfectamente los aviones que despegan y van a aterrizar en Barajas. Hasta allí no llega el metro, pero sí los trenes de cercanías. La parada de Renfe está situada en la avenida Fuerzas Armadas. Así son los aledaños de la ciudad deportiva del Real Madrid en Valdebebas que el sábado acogerá su primer clásico de la historia.
Por primera vez, el Barcelona jugará en el estadio Alfredo di Stéfano, cuyo fichaje ha hecho correr ríos de tinta durante décadas. Leo Messi ha jugado 22 veces en el Santiago Bernabeu, donde ha marcado 15 goles, pero nunca en Valdebebas. El clásico estrena sede después de jugarse en lugares tan remotos como Miami o Barquisimeto (Venezuela).
El Bernabeu bajó su telón el 1 de marzo del 2020 precisamente con un Madrid-barça, en el que los de Zidane vencieron a los de Setién con goles de Vinícius y Mariano. Desde entonces, las grúas y los obreros han sustituido a los balones y los futbolistas para acelerar la reforma del estadio. Y desde que la competición se reanudó en junio del 2020, el Madrid utiliza Valdebebas para sus partidos como local.
Algo que no gustó a Jürgen Klopp, al que le pareció inaudito. El entrenador del Liverpool no se mordió la lengua antes del partido del pasado martes. “Esto es algo completamente diferente a jugar en un estadio vacío. Esto es un campo de entrenamiento”, despotricó. “Es como si visitásemos al Manchester United y jugásemos en su ciudad deportiva (de Carrington). Es algo muy distinto a lo que hemos experimentado anteriormente. Por lo menos, Anfield es un estadio de verdad”, recordó.
En el túnel de vestuarios del mítico estadio del Liverpool hay un cartel en el que se lee: This is Anfield. Por el camino, en el traslado, el Madrid se ha dejado la mística. El miedo escénico, término acuñado por Valdano, desaparece totalmente. No tiene nada que ver la sensación de jugar ante 81.044 espectadores a hacerlo en un recinto con apenas 6.000 localidades. Impacta porque no hay gradas detrás de ninguna de las dos porterías, solo un montículo cubierto por lonas. Incluso en uno de los córners asoman camiones de la realización televisiva.
Otra cosa es el terreno de juego. El Madrid se vanagloria de que las medidas del rectángulo son exactamente las mismas que las del Bernabeu (105x68 metros). El césped también es motivo de orgullo al tratarse de un césped híbrido prémium, como el del Camp Nou. También la iluminación está reforzada para cumplir con las exigencias de la élite.
Sin embargo, parece que son los equipos grandes a los que más le cuesta adaptarse al escenario. Ni el
Atlético (2-0), ni el Inter (3-2) ni el Liverpool (3-1) han podido sacar nada positivo de Valdebebas. En cambio, han sido equipos modestos como el Cádiz, el Alavés, el Levante y el Shakhtar los que han asaltado la nueva casa blanca. Algo que entronca con la opinión de José Luis Mendilibar, técnico del Eibar y el primero que se enfrentó al efecto Di Stéfano el 14 de junio. “Igual un Bernabeu vacío sería peor para ellos”, razona. El clásico será el vigésimo sexto partido del Madrid allí. Su inquilino habitual, el Castilla, ya ni siquiera lo pisa. El femenino tiene designado el campo 11. A
GANARON EL CÁDIZ Y EL ALAVÉS Los equipos modestos se adaptan mejor que los grandes: el Atlético, el Inter y el Liverpool perdieron
NORMALIDAD VISITANTE
De los blaugrana, solo Sergi Roberto ha pisado el campo. Desde el hotel, el equipo llegará en 15 minutos
Esto es un campo de entrenamiento. Es como visitar al Manchester United y jugar en la ciudad deportiva”
Zidane el campo no le era ajeno, ya que dirigió al Castilla una temporada y media. También lo conocían Nacho, Carvajal, Lucas, Casemiro, Mariano, Valverde, Vinícius y Rodrygo. En el Barcelona enfocan la visita con normalidad. Sin estridencias. La sensación, consideran, puede ser parecida a la que vivieron los jugadores de Koeman en los amistosos de pretemporada que jugaron en el estadio Johan Cruyff, contra el Nàstic y el Girona. Aún así, solo hay un futbolista en la plantilla que sabe lo que es jugar allí: Sergi Roberto, que lo pisó una única vez en el 2012 y, aunque perdió (3-2), marcó.
Quizás el mayor inconveniente para el sábado es que el hotel de concentración que el club elige en la capital para las horas previas, el Eurostars Suites Mirasierra, estaba muy bien conectado con el Bernabeu. Pero se calcula que, por la M-11, el autobús se plantará en Valdebebas en menos de un cuarto de hora para su debut. La Liga se decide en un coliseo peculiar.