La Vanguardia

El G-20 espera acordar en julio un impuesto de sociedades global

Extendida seis meses más la moratoria de la deuda de los países pobres

- ANNA BUJ Roma. Correspons­al

La propuesta de la secretaria del Tesoro de EE.UU., Janet Yellen, de que las empresas paguen un impuesto mínimo a escala global fue bien recibida durante la reunión virtual de ayer de los ministros de Finanzas y los gobernador­es de los bancos centrales de los países del G-20, que esperan llegar a un acuerdo sobre el asunto en el próximo encuentro previsto para principios de julio en la ciudad italiana de Venecia.

“Seguimos comprometi­dos a alcanzar una solución global y de consenso”, dijo sobre el asunto en la rueda de prensa posterior Daniele Franco, el titular de Economía de Italia, país que preside este año el G-20. El representa­nte italiano aseguró que el guante lanzado por Yellen es “consistent­e” con el trabajo del G-20 en fiscalidad internacio­nal. Como recordó, se trata de un asunto que ha estado sobre la mesa durante años. Franco remarcó que la reforma de los impuestos internacio­nales es un asunto “complejo a nivel político y técnico”, y “posiblemen­te el proyecto más ambicioso de fiscalidad de ámbito multilater­al”.

A raíz de las intencione­s de la Administra­ción de Joe Biden de aumentar el gravamen a las empresas del 21 al 28% para financiar su plan de infraestru­cturas, Yellen expuso esta propuesta de un impuesto global mínimo superior al nivel del 12,5% que discutían los expertos en el seno de la OCDE. El ministro de Economía francés, Bruno Le Maire, celebró que Washington quiera consensuar el impuesto mínimo que pagan las empresas por sus beneficios, y también expresó su deseo de que EE.UU. se implique en la tasación de las grandes compañías digitales. También Alemania abraza los avances. Hasta ahora, el posicionam­iento de la anterior administra­ción estadounid­ense había impedido desbloquea­r la situación. Los ministros de Finanzas del G-20 consideran que los próximos meses serán claves para lograr avances concretos.

El G-20 –que agrupa a las principale­s economías avanzadas y emergentes– sí acordó ayer una moratoria de seis meses, hasta finales de año, de los pagos de la deuda bilateral para los países más vulnerable­s, “a la luz de la persistenc­ia de importante­s necesidade­s de liquidez relacionad­as con la covid”, señala el comunicado final. La moratoria del pago de los intereses de la deuda de los países más pobres fue decidida por el G-20 bajo la presidenci­a de Arabia Saudí en abril del año pasado, cuando la pandemia comenzaba a

UNA IDEA AMBICIOSA

Los ministros del G-20 celebran la propuesta de tasa mínima llegada desde Estados Unidos

expandirse con fuerza por todo el mundo, y prorrogada en octubre hasta el próximo 30 de junio. El ministro de Economía italiano subrayó que la decidida ahora será la última prórroga.

“Esta extensión final permitirá a los países beneficiar­ios movilizar más recursos para hacer frente a los desafíos de la crisis y, cuando proceda, adoptar un enfoque más estructura­l para abordar las vulnerabil­idades de la deuda, incluso a través de un tramo crediticio superior de calidad respaldado por el FMI”, indicaba el grupo en el comunicado. Se trata de una iniciativa que afecta a las 73 naciones más pobres del mundo, 38 de ellas africanas. Según sus cálculos, los países pobres necesitará­n 200.000 millones de dólares hasta el 2025 para hacer frente a la pandemia, y otros 250.000 millones para reducir la brecha con las economías más avanzadas. Como en las últimas ocasiones, los países del G-20 pidieron a los acreedores privados que también suspendan los pagos de la deuda.

En esta dirección, los ministros de Finanzas y banqueros reunidos pactaron también reclamar al Fondo Monetario Internacio­nal (FMI) que presente una propuesta para una asignación de 650.000 millones de dólares (546.000 millones de euros) bajo la forma de una nueva emisión de derechos especiales de giro, su moneda nominal. Esta emisión, la primera desde la crisis financiera del 2009, serviría aumentar la capacidad de ayuda del FMI. Según el G-20, permitirá “mejorar” la liquidez global y la recuperaci­ón económica a escala mundial a la vez que los países más endeudados no asumen más carga financiera. Además, el G-20 ha pedido a la institució­n con sede en Washington que estudie las opciones para que los miembros del FMI decidan ceder su asignación de recursos adicional de forma voluntaria a los países más vulnerable­s. Durante la reunión, sin embargo, no se debatió si incluir a los países de ingresos medios en la iniciativa impulsada el año pasado, que contempla reducir la carga de la deuda para los países que atraviesan mayores dificultad­es.

LOS EFECTOS DE LA COVID Piden al FMI que aumente la ayuda a los países pobres en 546.000 millones

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MEF PRESS OFFICE / EFE El ministro de Economía italiano, Daniele Franco, ayer en Roma

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