Madrid se dirige a una campaña de riesgo tras los incidentes de Vallecas
Cruce de reproches entre partidos por el enfrentamiento de seguidores de Vox y antifascistas que desbordó a la policía
La campaña electoral madrileña se augura de alta tensión tras los altercados en un mitin de la ultraderecha que acabó con 35 heridos.
Los disturbios que simpatizantes de Vox y manifestantes antifascistas protagonizaron durante el mitin del partido de extrema derecha celebrado el miércoles en Vallecas monopolizaron ayer las tertulias, los debates y los discursos políticos.
Y el cruce de acusaciones, y reproches, entre los diferentes actores solapó las escasas llamadas a la contención. Eludiendo la preservación de los derechos como cuestión fundamental del juego democrático y avivando la polémica hasta el punto de dibujar en el horizonte un estado de crispación que, si nada cambia, amenaza con acrecentarse de aquí a las elecciones autonómicas del 4-M en Madrid. La propia policía así lo cree y lo teme.
Responsabilizado de instigar los altercados al abandonar la tribuna para denunciar el operativo de seguridad planificado por el Ministerio del Interior, Santiago Abascal abrió la veda.
El líder nacional de Vox acusó al PSOE, Unidas Podemos y Más Madrid de “alentar las agresiones” al firmar un manifiesto para que Vox no acudiera a Vallecas al tiempo que calificó a Pablo Iglesias de “auténtico criminal y mentiroso” que “ha incorporado a ETA a la dirección del Estado”.
La réplica no sirvió para rebajar el tono, y el exvicepresidente segundo, y candidato de Unidas Podemos para el 4-M, lamentó que Vox siga “haciendo apología del terrorismo, reivindicando el franquismo y promocionando la violencia”.
Establecido el marco en el ytú más, el resto de los partidos se sumaron al debate condenando los altercados, pero responsabilizando a la parte contraria de lo sucedido y echando más madera a una locomotora que se aleja a toda velocidad de lo esencial, los derechos de expresión y de manifestación, que amenazan con ser desbordados.
Sin atender a las escasas llamadas a la contención personificadas en los candidatos, Ángel Gabilondo (PSOE) y Edmundo Bal (Cs) alentaron a cortar “la espiral” y “parar todo esto”, respectivamente. También miembros del Gobierno central y de la dirección del PSOE y el PP se sumaron al lamento por lo ocurrido.
Las fuentes policiales consultadas por La Vanguardia coinciden en que lo sucedido en Vallecas no es un hecho aislado, y es fruto “de la crispación que se alienta desde los partidos”. “De uno y otro lado”, matiza un antidisturbios que vio cómo 25 de sus compañeros
LLAMADA A LA CALMA
Ángel Gabilondo urgió a los alborotadores a cortar “la espiral”, y Bal, a “parar todo esto”
LA POLICIA
Los agentes se sienten “desprotegidos” en dispositivos que tachan de “insuficientes”
CRÍTICAS A VOX
Abascal, censurado por romper el cerco de seguridad que desató los altercados
desplegados salieron heridos de los disturbios en Vallecas. “Cualquiera sabía que esto era muy probable que ocurriera, con políticos de máximo nivel calentando la calle”, explican desde el sindicato Jupol. De hecho, pronostican una “campaña caliente”, ya que “las elecciones se han convertido en el máximo exponente de lucha cuerpo a cuerpo”.
En mitad del terreno de juego, la Policía. Los agentes que dan su testimonio afirman sentirse “desprotegidos” debido a dispositivos –como el del miércoles– que tachan de “insuficientes”, pese a que las fuentes de Interior aseguran que “se diseñó acorde a unas circunstancias complejas”. También dicen que se sienten “utilizados” como arma arrojadiza por los partidos políticos. “Esto no es una guerra, es una capital europea en la que el vandalismo se está consintiendo: nuestro trabajo es que un político dé un mitin, sean cuales sean sus ideas, con incidentes cero”, explica el agente de la UIP Daniel García.