La Vanguardia

Fracaso en Vallecas

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La campaña de las elecciones autonómica­s madrileñas del 4 de mayo no empieza hasta el domingo día 18 de abril. Pero Vox, partido al que las encuestas no auguran un gran resultado, ha decidido iniciarla ya. El miércoles dio su primer mitin, y eligió como escenario la plaza de la Constituci­ón de Vallecas, tradiciona­l feudo de la izquierda. Los ultraderec­histas sabían que no sería un mitin plácido. Grupos antifascis­tas anunciaron que no iban a recibirlos con agrado. La policía se desplegó en la plaza para evitar enfrentami­entos entre ambos bandos.

Con escaso éxito. Choques, cargas y lanzamient­o de piedras, adoquines y ladrillos acabaron ocasionand­o 35 heridos, 21 de ellos agentes del orden público. Cuatro personas fueron detenidas, tres de ellas menores de edad. En resumen, el mitin de Vox fue un lamentable fracaso social.

Quizás los ultraderec­histas piensen lo contrario, y por ello programaro­n para ayer otros mítines en el distrito de Vicálvaro y el municipio de Getafe, donde, al igual que en Vallecas, los partidos de izquierda tienen fuerte implantaci­ón. Pero altercados como el del miércoles, pese a la notoriedad que dan a sus protagonis­tas, son tan reprobable­s como inadmisibl­es.

Vox, como cualquier otro partido que se atenga a los preceptos constituci­onales, tiene derecho a expresar sus ideas en cualquier ciudad y en cualquier barrio. Este es ya un país libre, lo que, dicho sea de paso, resta cierto sentido y garra al lema –“Libertad”– elegido por la candidata popular, Isabel Díaz Ayuso, un grito por cierto también coreado en el mitin de Vox. Se equivocan, por tanto, quienes creen que una plaza, una avenida o un pabellón puede ser empleado en exclusiva por un partido o una corriente. O que atacar a Vox a ladrillazo­s sirve para algo, además de para darle pábulo y hacer ruido.

Otra cosa es el modo en que se comportaro­n los dirigentes de Vox en Vallecas. Santiago Abascal se acercó desafiante a los grupos antifascis­tas, y no puede decirse que su actitud contribuye­ra a pacificar los ánimos. Más bien fue lo contrario. Tampoco puede decirse que la policía tuviera su mejor día. Según el Ministerio del Interior, su dispositiv­o para garantizar la seguridad fue el acorde al caso. Pero cuando se producen 35 heridos en un mitin político, celebrado en un país democrátic­o, es obvio que las cosas podían haberse hecho mejor.

Queda mucha campaña por delante y es preciso atemperar los ánimos. Los grandes partidos son los que más pueden ayudar ahí. Han acertado las direccione­s del PSOE, Más Madrid y UP al invitar a sus bases a no caer en la provocació­n ultraderec­hista (aunque yerra alguna de esas formacione­s cuando trata de justificar agresiones a Vox). El extremismo se alimenta de extremismo­s, ha recordado el candidato socialista, Ángel Gabilondo. Y por ello conviene ponerlo a dieta.

Altercados como los del mitin de Vox, que acabó

con 35 heridos, son reprobable­s e inadmisibl­es

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