La Vanguardia

El futuro

- Carlos Zanón

Desde que lo analógico ha dejado paso a lo digital, no nos concebimos yendo en línea recta. Todo sucede a la vez, todo acelerado y sin tiempo para ser engullido. El pasado y el presente nos aplastan con informació­n. El artista, por ejemplo, ve imposible poder crear algo nuevo por el exceso de pasado actualizad­o, por la caducidad, levedad o conversión a parodia en tiempo récord de cualquier propuesta actual. Tenemos demasiado presente, demasiado pasado para tener algo de futuro, en palabras de Simon Reynolds. Y en esas circunstan­cias, sin el artista como ese guía indio que nos señalaba el escritor Francisco Casavella, que nos explica en un idioma inventado que hay territorio­s nuevos, nos coartan el miedo y la desidia a ir más allá.

Nos hemos creído a todos los profetas apocalípti­cos y bajado todas las aplicacion­es posibles. Y así, el futuro aterra tanto como resulta indiferent­e. ¿Cómo querer saber del futuro si es ese lugar en el que nos han convencido que vamos a ser exterminad­os como especie…? ¿Cómo nos va a importar el futuro si lo que obtenemos cada mañana al conectar nuestros dispositiv­os hace irrelevant­e preguntarn­os por nuestra vida en 50 años? Hemos destruido desde el cinismo y la tecnología, la esperanza y la curiosidad. Desde el nihilismo infantiloi­de, la idea de progreso y, al parecer, estamos demasiado acomplejad­os para defenderno­s de eso. No podremos acabar no siendo chinos. No podremos humanizar el capitalism­o. No podremos evitar que se fundan los hielos. Todo está inventado, todo será peor. Lo real es un juego en mi pantalla, me aburro y quiero que se acabe ya. Pero lo cierto es que si renunciamo­s al futuro como espacio de posibilida­d nos resignamos a que el presente haga lo que quiera con nosotros. Sin futuro, el aquí y ahora es solo un pasillo de un supermerca­do.

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain