La T-mobilitat sufre el enésimo retraso
La Autoritat del Transport Metropolità confía en iniciar a finales de junio una prueba piloto acotada a unos pocos usuarios
Las máquinas validadoras de acceso a los trenes y autobuses ya disponen en su gran mayoría de los lectores de la T-mobilitat, pero el sistema aún no está preparado para ponerse en funcionamiento. La última fecha prevista –el 21 de abril– ha vuelto a verse superada. La empresa responsable del proyecto, Socmobilitat, la puso sobre la mesa del conseller de Territori, Damià Calvet, como avanzó La Vanguardia en febrero. Una vez más, no se ha llegado a tiempo, pese al sobreesfuerzo realizado en las últimas semanas por parte de los responsables técnicos y los operadores de transporte público. Aun así, fuentes del sector aseguran que se ha adelantado más en un mes que en un año, pandemia al margen.
El nuevo calendario habla de una prueba piloto a finales de junio y con una envergadura mucho más pequeña que la prevista inicialmente. La idea en un primer momento pasaba por iniciar el despliegue de la nueva tarjeta de transporte público con todos los abonos de viajes ilimitados. El cambio de tarjetas del año pasado, que dio pie al nacimiento de la T-usual, ha disparado el porcentaje de viajeros que se mueven con un abono mensual y eso supondría empezar la prueba directamente con un 40% de los usuarios habituales del transporte público. Si surgiese algún contratiempo, el caos sería mayúsculo. Así que en la Autoritat del Transport Metropolità (ATM) han optado por atrasarlo todo unos meses más y habilitar la T-mobilitat a un grupo de viajeros aún más reducido. Los jóvenes menores de 25 años que usen la T-jove, el abono trimestral de viajes ilimitados, son el colectivo que más números tiene de estrenar el sistema. También se contempla hacerlo con la T-empleat, el título utilizado por los trabajadores de diversos operadores del transporte público catalán.
Otros posibles conejillos de indias son los asistentes al Mobile World Congress, que está previsto celebrarse del 28 de junio al 1 de julio en el recinto Gran Via de Fira de Barcelona. Con la acreditación que se cuelgan del cuello, los congresistas reciben cada año una tarjeta pagada por la organización del salón que les permite utilizar el transporte público de modo ilimitado durante esos días. Aunque la T-mobilitat ya no tiene nada de innovador y más bien nace caduca para los tiempos que corren, se quiere aprovechar el escaparate de la gran feria tecnológica de Barcelona para hacer las primeras pruebas. Fue precisamente en ese escenario, en febrero del 2017, donde se presentaron las tarjetas y el sistema tecnológico que entonces preveían inminente.
La segunda fase quedará para otoño o enero. En ese momento se ampliará a un mayor número de usuarios, probablemente todos aquellos abonos de carácter ilimitado como la T-usual. Con todo, los detalles no se conocerán hasta que falten menos días y sus responsables estén seguros de que no deben dar la cara otra vez por el enésimo retraso de la T-mobilitat.
Los congresistas del Mobile serán los primeros en probar la tarjeta si el nuevo calendario se cumple