Luis Tosar vuelve a hacer de malo en el nuevo anuncio de Voll-damm
Luis Tosar vuelve a hacer de malo en ‘El arrepentido’, el tercer anuncio de la cerveza doblemalta Voll-damm
“No, amigo, no todas las cervezas son iguales”. Esta frase persigue a Luis Tosar desde hace cinco años, cuando protagonizó el primer anuncio de la cerveza doble malta de Voll-damm. Se metía en la piel de un tipo con “malas pulgas” al que no le gusta que se bromee con ciertas cosas, sobre todo con su cerveza. Ahora, el actor de 49 años vuelve a protagonizar la tercera entrega de esta campaña. Y sigue aplicando sus castigos. Esta vez, además de la cerveza, el motivo es la tortilla de patatas.
Si en los dos primeros anuncios el personaje de Tosar, con una clara referencia a Celda 211, “castiga” al camarero interpretado por Luis Zahera –primero con pirañas y luego con perros–, esta vez le toca sufrir la exigencia del protagonista al actor catalán Artur Busquets, que se mete en la piel de un camarero novato, sobrino del anterior. El intérprete gallego da una lección al joven sobre todo el proceso que conlleva hacer una excelente tortilla de patatas, que acabará acompañando, obviamente, a su Voll-damm.
Este tercer spot, titulado El arrepentido, se rodó en Mallorca en febrero del 2020, días antes de decretarse el estado de alarma. La dirección estuvo a cargo de Alberto Rodríguez (La isla mínima ),y Oriol Villar volvió a ser el director creativo.
“Estos anuncios son una mezcla perfecta de publicidad y ficción. Ha sido muy divertido hacer la trilogía porque es tener un personaje y darle continuidad. A mí en cine nunca se me ha brindado esa oportunidad. Nunca he hecho una trilogía de nada; he hecho siempre primeras partes de todo. Y nunca ha surgido la posibilidad de hacer una segunda parte”, explica. Y asegura que este tipo de anuncios “bien escritos, dramáticos y que dan juego a la hora de actuar” no abundan en el mundo de la publicidad. Por eso aceptó encantado la propuesta de Damm cuando en el 2016 pensaron en él para el primer anuncio. “Es curioso, pero hay gente que solo me conoce por estos anuncios; entonces te das cuenta de la repercusión que tiene la publicidad, a veces, mucho más que cualquier película”, confiesa el protagonista de cintas como Adú, Mientras duermes o Quien a hierro mata.
Luis Tosar ya asume con naturalidad el sambenito de ser el malo del cine español. “La gente me identifica más con tipos oscuros, pero no es algo que me preocupe ni me quite el sueño. También he hecho otros papeles de bueno, pero no han tenido tanta repercusión o no se recuerdan. A la gente le gustan los tipos chungos, como pasó con el personaje del Jocker, ¿por qué triunfa? Pues porque a la gente le gusta el mambo”, apunta sonriendo.
Lejos del “tipo con malas pulgas” que interpreta en el anuncio, Tosar es en su vida real un padre de familia al que se le cae la baba con sus niños. Casado con la también actriz María Luisa Mayol, son padres de León, de cinco años, y Luana, de año y medio. Reconoce que la paternidad le ha cambiado la vida. Concilia como buenamente puede. “Es curioso, ahora que soy padre he ido entendiendo cosas de actores que no comprendía muy bien, como alguna carrera que tomaba otro cariz o alguien
que decía que no a algún papel y yo pensaba ‘qué extraño’... y luego lo he entendido: ‘Ah, coño, es que ese fue papá en esa época’”. Asegura que a pesar de “este oficio loco con horarios extraños” es un padre muy presente en la crianza de sus hijos y que siempre que pueden él y su esposa se organizan para que los rodajes no coincidan. “Hay cosas a las que he dicho que no por ser padre. Porque ya supone demasiado tiempo fuera de casa o una gestión demasiado complicada; a veces no puedes planear que tu familia se mueva tanto, o tu ir y venir, tanto trastorno… Estamos continuamente haciendo un ejercicio de qué es lo mejor para todos y hasta dónde llegar porque, claro, hay que trabajar. Nos dedicamos a esto y tampoco sabemos hacer muy bien otra cosa”, relata. Y llega a una cuerda conclusión: “Si se han criado millones de niños a lo largo de la historia de la humanidad y en lugares donde la vida es una amenaza constante y han salido adelante, por qué no van a salir los míos”.
Tosar, fan declarado de Jason Statham, tuvo claro desde muy joven que quería ser actor. Pero el tema de la fama ya es otra cosa. Claramente no va con él. “Antes lo llevaba peor; ahora, pues a todo se acostumbra uno. Aprendes a establecer ciertos límites, a ser más distante. Y también dejas de hacer algunas cosas para no exponerte tanto y porque sabes que vas a estar sometido a una inspección continua”.
¿Y qué hace Luis Tosar cuando no trabaja? “Nada. Estar con mis hijos y mi mujer. Tengo un poco abandonados mis hobbies, como la música”. Lo suyo es el rock and roll. Tuvo dos bandas, una cuando tenía 20 años, donde cantaba y tocaba la harmónica, y la segunda, Dielas, donde era voz, guitarra y armónica y dejó hace unos siete años. “Espero en algún momento retomarlo”.
El único hobby que dice tener –por nombrar alguno– es el bricolaje. “Soy muy manitas y lo hago bien. Soy hijo de un manitas, mi padre es un virguero haciendo de todo, lo mamé desde pequeño, y lo bueno es que mi hijo también lo está mamando. Y ya sabe hacer un montón de cosas. Me gusta tener la sensación de que uno puede arreglar las cosas, aunque cada vez es más complicado. Esa sensación de que si una cosa se estropea tienes una mínima capacidad de poder arreglarla y que no haya que estar continuamente consumiendo”.
Si alguna cosa buena le trajo el confinamiento, además de estar con su familia y no tener que lamentar ninguna desgracia, fue que ha dejado de fumar, algo de lo que
“Estos anuncios son una mezcla perfecta de publicidad y ficción; ha sido muy divertido hacer la trilogía”, detalla
se siente muy orgulloso. Pero el retiro forzado no lo animó a sumarse a las redes sociales. No forma parte de ninguna. “Sólo tengo Whatsapp, y solo se reduce a mi familia y a lo urgente. No vivo muy pendiente del teléfono. Las redes no me interesan nada. Vivo muy tranquilo así. Supongo que llegará un momento en que me tendré que hacer alguna porque me lo exigirán, pero de momento, no. Y luego soy muy clásico, veo informativos, leo periódicos, pero no me entero de nada por las redes sociales. No me interesa nada la vida de la gente. Y tampoco me importa mucho lo que digan de mí. Yo hago mi trabajo y si las cosas resultan bien, pues estupendo, y si no, tampoco me quiero enterar de lo que la peña opina de mí. Si la peli gusta, la gente la verá, y eso es lo único que me interesa”. No se puede ser más claro.