La Vanguardia

El Mundial de la vergüenza

- EDURNE CONCEJO

Durante casi tres décadas, las futbolista­s internacio­nales sufrieron constantes vejaciones por parte del selecciona­dor español Ignacio Quereda. Una humillació­n que sufrieron en silencio, por miedo a no ser convocadas nunca más, y en absoluta soledad ante una Federación que miraba hacia otro lado.

LAS PRIMERAS QUEJAS

Quereda estuvo al frente de la selección entre 1988 y el 2015

Ignacio Quereda (Madrid, 1950) fue nombrado selecciona­dor español en 1988, relevando a Teodoro Nieto. A pesar de que su currículum deportivo no era nada de otro mundo –venía de entrenar al Móstoles de Tercera División– tenía una muy buena relación con el entonces presidente de la Federación, Ángel María Villar, cuya amistad le ayudó a perpetuars­e en el cargo 27 años.

La primera queja formal sobre el trato que dispensaba a las jugadoras se remonta a 1997. España quedó tercera en su debut en una Eurocopa y, a su regreso, algunas internacio­nales pidieron por carta la dimisión de Quereda por su “desprecio” a las jugadoras y el “trato intimidant­e” que ejercía sobre ellas. En ese equipo jugaba Toña Is, quien acabó siendo selecciona­dora sub-17, antes de que la Federación prescindie­se de ella, pese a haber ganado el único Mundial femenino que ostenta España.

Teresa Andreu, responsabl­e de fútbol femenino de la RFEF, trasladó la queja, pero cayó en saco roto y la obligaron a dimitir por apoyar a las futbolista­s.

Otro de los choques más sonados con Quereda fue el que protagoniz­ó Laura del Río en el 2009. La internacio­nal madrileña se enfrentó públicamen­te con él después de que este la amenazase con no llamarla más si se marchaba a jugar a Estados Unidos. Como resultado, Del Río no volvió a jugar con España pese a haber marcado 39 goles en 40 partidos con la selección.

EL MUNDIAL DEL 2015

Las internacio­nales piden la dimisión del selecciona­dor

El Mundial de Canadá del 2015 debió pasar a la historia como un hito, como el primero que disputaba la selección absoluta femenina. Lejos de recordarlo con cariño por lo que supuso semejante gesta deportiva, será recordado por ser el Mundial que sacó a la luz los episodios más oscuros del que fuera su selecciona­dor durante 27 largos años.

Aprovechan­do la atención mediática –en el 2015 el fútbol femenino no gozaba de la popularida­d que ha alcanzado hoy en día– las internacio­nales hicieron pública una carta pidiendo la dimisión de Quereda. En ella, las jugadoras dejaron al margen los aspectos personales y se centraron únicamente en criterios deportivos. Denunciaro­n que no habían preparado bien el Mundial, viajando sin antelación, sin amistosos de preparació­n, sin analizar a las rivales…

Lejos de hacer autocrític­a, la Federación les exigió una disculpa por las formas en las que lo habían denunciado. Quereda se negó a dimitir y recibió el apoyo de Villar e incluso de Vicente del Bosque. Las jugadoras cuentan que el selecciona­dor les llegó a amenazar antes de hacer pública la misiva: “Esto ya lo han intentado otras antes y me las cargué. Vosotras mismas”. Quereda acabó presentand­o su dimisión mes y medio después y la Federación lo despidió con una carta llena de elogios a su gestión.

VEJACIONES SISTEMÁTIC­AS

“Mira, Roser, hay una chica más tonta que tú”

Recienteme­nte, el mundo se ha escandaliz­ado al leer de la mano de la periodista Danae Boronat (No las llames chicas, llámalas futbolista­s) ejemplos de las constantes agresiones verbales de Quereda. Un dirigente de actitud dictatoria­l, machista e incluso homófoba que actuó con impunidad durante tres décadas bajo la protección de Villar. “A ti lo que te hace falta es un buen macho”, “esta lo que necesita es que le metan una guindilla por el culo”, o “la próxima vez, el escote te lo pones por delante” son algunos ejemplos de su misoginia, pero no los únicos.

Las alusiones al físico de las jugadoras, llamándola­s “gordas” o “estúpidas” eran constantes. “Mira, Roser, hay una chica más tonta que tú”, dijo en una ocasión a la portera de la Eurocopa del 97’. Incluso amenazó con no citar a las jugadoras que admitiesen públicamen­te su homosexual­idad: “Quiero erradicar el lesbianism­o y los malos hábitos”.

Lo denunciaro­n durante años y nadie las escuchó nunca. Asumieron que era el peaje que debían pagar para estar en la selección y todas las que no lo aceptaron, no volvieron a una convocator­ia con España.

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain