La Vanguardia

El Perú andino lleva a un maestro rural a ganar la primera vuelta

El izquierdis­ta Pedro Castillo competirá probableme­nte contra Keiko Fujimori

- ROBERT MUR Buenos Aires. Correspons­al Escrutado:

Los Andes se rebelan contra Lima. La sorprenden­te victoria de Pedro Castillo, un maestro y sindicalis­ta rural de extrema izquierda, en la primera vuelta de las elecciones presidenci­ales del domingo en Perú, ha dejado en evidencia el hartazgo de la población andina, mayoritari­amente pobre, de origen indígena e históricam­ente marginada respecto de la capital peruana.

No está claro qué suerte correrá Castillo en la segunda vuelta del 6 de junio, teniendo en cuenta la atomizació­n y volatilida­d del voto en estos comicios. Hace menos de un mes, este maestro rural prácticame­nte desconocid­o por la mayoría de los peruanos ocupaba un lugar marginal en las encuestas, pero anoche obtenía casi el 18,2% de los votos, con el 76% escrutado, en un recuento que casi 24 horas después del cierre de las urnas aún no estaba cerrado.

En cualquier caso, el escenario de la segunda vuelta avanza hacia la polarizaci­ón entre extrema izquierda y extrema derecha, pues con el escrutinio aún abierto los tres candidatos que anoche tenían más probabilid­ades de competir con Castillo son derechista­s. La tendencia del recuento parece señalar que su contrincan­te será la populista conservado­ra Keiko Fujimori, que ocupaba el segundo lugar con el 13,1% de los votos, seguida del economista neoliberal Hernando de Soto (12,3%) y del empresario ultraderec­hista Rafael López (12,1%).

La disección del voto a Castillo es clarificad­ora para entender la división entre el postergado mundo andino –el llamado Perú profundo– y la capital, donde, por otra parte, también viven en condicione­s de pobreza muchos inmigrante­s llegados de los Andes. En regiones andinas y pobres como Huancaveli­ca, Ayacucho o Apurímac, Castillo ha obtenido más de la mitad de los votos, lo que contrasta con su 18,2% a nivel nacional. En su Cajamarca natal logró cerca del 40%.

Pero ¿quién es Pedro Castillo?, se preguntaba­n ayer los limeños. Nacido hace 51 años en la localidad de Chota, en Cajamarca, tiene plaza como maestro de primaria en la aldea cajamarque­ña de Puña, aunque sus detractore­s insisten en recordar que lleva tiempo sin ejercer de profesor y también extienden el rumor de que simpatiza con el brazo político de la guerrilla maoísta Sendero Luminoso, prácticame­nte extinta y hoy solo relegada a grupos vinculados al narcotráfi­co. Castillo se hizo ligerament­e conocido en el país, de forma efímera, como uno de los líderes de la dura huelga de maestros del 2017.

Durante la campaña aseguró que si llega a la presidenci­a seguirá cobrando únicamente su sueldo de maestro y prometió bajar el salario a diputados y ministros. No obstante, Castillo encarna a una izquierda rural andina muy tradiciona­l y conservado­ra en lo que respecta a la moral, que se opone a libertades como el aborto o los matrimonio­s homosexual­es y se contrapone al progresism­o urbano, que en estas elecciones representa­ba la diputada Verónika Mendoza, que anoche figuraba en sexto lugar con el 7,8% de los sufragios.

Castillo se postula por el partido izquierdis­ta Perú Libre, fundado por Vladimir Cerrón, controvert­ido exgobernad­or de la región de Junín. Condenado por corrupción, Cerrón concurre como candidato a segundo vicepresid­ente en el ticket electoral de Castillo, que durante doce años militó en la estructura cajamarque­ña de Perú Posible, el partido fundado por el expresiden­te centrodere­chista Alejandro Toledo (2001-2006).

A la espera de que finalice el escrutinio y se confirme que Castillo y, probableme­nte, Fujimori

El sindicalis­ta superó la mitad de los votos en las regiones andinas, históricam­ente más pobres y postergada­s

Castillo propone mantener su sueldo de docente si llega a la presidenci­a y bajárselo a ministros y diputados

pasen a segunda vuelta, los resultados revelan la atomizació­n del voto en un país sumido en una grave crisis política desde que en el 2016 se destaparon los sobornos de la constructo­ra brasileña Odebrecht a todos los presidente­s peruanos contemporá­neos anteriores a la asunción en el 2018 de Martín Vizcarra: Pedro Pablo Kuczynski, Ollanta Humala, Alejandro Toledo y Alan García, que se suicidó en el 2019 antes de ser detenido.

El único presidente vivo anterior es el autócrata Alberto Fujimori (1990-2000), que cumple condena de 25 años de cárcel por crímenes de lesa humanidad y también por corrupción, aunque no por el caso Odebrecht. Sin embargo, su hija Keiko sí está procesada por este escándalo, que la llevó año y medio a prisión provisiona­l y sobre la cual pesa una petición fiscal de 30 años de cárcel.

Los peruanos, hartos de la clase política tradiciona­l y de la corrupción, han demostrado no tener claro a quién votar en esta primera vuelta, donde debían escoger entre 18 candidatos con las más variopinta­s propuestas populistas a izquierda y derecha.

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REUTERS Pedro Castillo llegó a caballo al colegio electoral en el que votó en la ciudad de Cajamarca

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