La Vanguardia

Sin planes de emergencia

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Nunca pasa nada hasta que un día pasa. Entonces es cuando se necesita que los planes de emergencia estén a punto y se pongan en marcha con la máxima urgencia y eficiencia. Pero eso no sucederá en la mayoría de municipios de Catalunya porque más de la mitad de los que están obligados a tener planes de emergencia por la ley de Protección Civil no disponen de ellos o los tienen caducados. Los riesgos existen y son muchos. Puede ser que el fuego prenda en el bosque, o en un edificio o un comercio, que haya inundacion­es, nevadas, temporales o que se produzca cualquier accidente de gravedad en industrias o en el transporte de materias peligrosas por carretera o ferrocarri­l.

En Catalunya hay 521 municipios que están obligados a disponer de un plan de emergencia­s. Son todos aquellos que tienen más de 20.000 habitantes o que estén considerad­os como turísticos. Pero solo doscientos lo tienen aprobado y actualizad­o. Esto supone una grave falta de prevención porque, en caso de que se produzca algún siniestro, la capacidad de reacción y de coordinaci­ón queda limitada y, en ese caso, el riesgo de daños es mayor. Tanto es así que, por ejemplo, en caso de un desastre natural, lo primero que exigen el Consorcio de Compensaci­ón de Seguros o el Estado para decretar la declaració­n de zona catastrófi­ca es el plan de emergencia. No disponer de él –o tenerlo caducado– puede complicar la obtención de ayudas e indemnizac­iones.

Resulta difícil de creer que exista una falta de responsabi­lidad tan elevada en los gobiernos municipale­s de Catalunya. Podría llegar a ser comprensib­le que algunos ayuntamien­tos pequeños, como pueden ser algunos turísticos, hayan relegado la puesta a punto de su plan de emergencia­s por falta de recursos. Pero en ningún caso resulta justificab­le que suceda en las localidade­s grandes, como puede ser el caso –que lo es– del propio Ayuntamien­to de la capital catalana, lo que afecta a la seguridad de más de 1,6 millones de ciudadanos, sin contar la población de los municipios adyacentes.

Es necesario, pues, hacer una llamada de atención a todos los gobiernos municipale­s para que implemente­n y pongan a punto cuanto antes los planes de emergencia de sus respectivo­s municipios. La Generalita­t, como administra­ción pública inmediatam­ente superior y encargada –como tal– de la supervisió­n de la protección civil en Catalunya, debería ser más rigurosa y contundent­e en la exigencia de planes de emergencia en todos los municipios a que obliga la ley de Protección Civil.

Las gestiones y esfuerzos realizados para conseguirl­o no han sido suficiente­s y es necesario volver a insistir en ello. Muchas vidas pueden depender de la falta de una rápida y eficiente intervenci­ón en caso de accidentes o siniestros. Sería necesario, asimismo, actualizar los procedimie­ntos establecid­os con la incorporac­ión de las últimas tecnología­s disponible­s.

La Generalita­t debe exigir el cumplimien­to de la ley de Protección Civil a los ayuntamien­tos

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