Una falla ignorada originó la crisis Castor
La sobrepresión ejercida por la inyección de gas en el subsuelo marino sobre una falla ignorada entonces, situada por debajo de la falla de Amposta, originó el alud de terremotos frente a la costa del delta del Ebro y Castellón durante la puesta en marcha del Castor. Así lo concluye el estudio realizado por el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), dado a conocer ayer, ocho años después de la crisis sísmica.
“La falla de Amposta era bien conocida y, dadas sus características, se podría haber predicho la posibilidad de que se reactivara”, advierten los investigadores. El estudio revela que la inyección de gas en el antiguo pozo petrolífero “produjo no solo una sobrepresión, sino también un efecto de flotación del gas, que hizo que la falla de Amposta se moviera”. El movimiento de esta falla “desestabilizó otra más profunda desconocida hasta ahora, causando los terremotos de mayor magnitud que fueron percibidos por la población”. El estudio sitúa los terremotos a una profundidad de entre 4 y 10 kilómetros, muy por debajo de donde se inyectó el gas (1,7 km).
El estudio alerta que el movimiento progresivo de la falla de Amposta siguió incluso después de que el Gobierno paralizase la inyección de gas, en septiembre del 2013, “debido al movimiento de flotación del gas” que ya se había introducido, y que esto “acabó desestabilizando una falla profunda”. Los terremotos alcanzaron los 4,1 grados en la escala Richter, récord en un almacén de gas. “Cada terremoto transmitió tensiones y cambios de presión, induciendo los sismos siguientes”. El Castor se encuentra clausurado, pendiente de su desmantelamiento.