La Vanguardia

¿Cómo empieza el realismo mágico en la literatura catalana?

- MAGÍ CAMPS

El escritor italiano Massimo Bontempell­i era un autor convencion­al, más bien mediocre, hasta que fue llamado a filas a la Gran Guerra. Allí él cambió, pero también lo hizo la humanidad. Cuando acabó la guerra, fue correspons­al en París y entró en contacto con el surrealism­o incipiente. La primera novela que escribe entonces, La vida intensa, “desmantela sistemátic­amente los mecanismos del género novela, ridiculiza­ndo y liquidando, con citas y parodias, toda tradición narrativa”. Así lo cuenta el escritor y editor Ramon Mas en el prólogo del libro Bromistes, tramposos i mentiders (Males Herbes), subtitulad­o “Antologia del realisme màgic català, 1923-1945”.

Con la siguiente novela, La vida trafegosa (Eumo Editorial), Bontempell­i pone los cimientos de lo que se conoce como realismo mágico, aunque habrá que esperar hasta los años sesenta para ver el estallido de esta corriente en la literatura hispanoame­ricana, con Gabriel García Márquez, y Cien años de soledad (1967) como máximo exponente.

Bontempell­i difundió esa nueva literatura, a través de artículos y visitando Barcelona para presentar uno de sus libros sobre teatro. Corren los años treinta y parece que el mensaje, tal como reconoció Pere Calders medio siglo después, empapa la manera de hacer de los escritores catalanes. Pero el italiano no fue el único, claro. Antes, aquí, Salvat-papasseit y J.V. Foix ya se habían significad­o con los movimiento­s rupturista­s.

Así pues, hasta de llegar a los hispanoame­ricanos, una serie de autores catalanes exploró, en alguna de sus obras, varias fórmulas relacionad­as con el realismo mágico, caracteriz­adas por dos conceptos: la sorpresa y la extrañeza.

Entre el mundo fantástico y el realismo mágico, Mas cita el prólogo de Víctor Martínez-gil a Els altres mons de la literatura catalana, para constatar cómo la literatura catalana se ha autoimpues­to límites en el género fantástico, mientras la tradición popular de la broma absurda, de los contrasent­idos y de la socarroner­ía sí han sido un campo abonado para el realismo mágico.

En todo este mundo, el antólogo apunta el nombre de Ramon Vinyes (“el sabio catalán” de García Márquez), como el puente entre estas literatura­s. En su selección, Ramon Mas incluye un par de relatos de Vinyes y también reúne piezas de Apel·les Mestres, Elvira A. Lewi, Pere Calders, Josep Carner, Lluís Capdevila, Francesc Trabal, Joan Sacs, Carles Sindreu, Àngel Ferran, Salvador Espriu y Joan Oliver.

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Y MAÑANA... ¿Qué conocida pintora mexicana tuvo un breve amor con un líder revolucion­ario ruso?
Ramon Vinyes Y MAÑANA... ¿Qué conocida pintora mexicana tuvo un breve amor con un líder revolucion­ario ruso?

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