Como una pizza recalentada
La política española no sabe lo que es el aburrimiento. Cuando se discute sobre si el mul ti partidismo desplazará al bipartidismo como sistema parlamentario, uno solo ve que lo que sí que ha venido para quedarse es la crispación y la bronca continua. Y es que en este país siempre estamos en campaña electoral permanente, y ello es sinónimo de clima de confrontación. Cuando nos las prometíamos muy felices con dos años largos sin elecciones, nos hemos encontrado con el avance de las catalanas en febrero y ahora las madrileñas en mayo. Y nadie puede asegurar que no puedan avanzar se otros comicios más adelante. en este contexto, los gobiernos están más pendientes de los aparatos de sus partidos, que quieren ganar las elecciones como sea, que de gobernar.
Lo que sucedió ayer en el Congreso ya se había repetido con anterioridad en otras sesiones parlamentarias, pero la proximidad de las elecciones del 4 de mayo en madrid lo hizo todo más evidente. la oposición acusa apedrosánc he z de utilizaren provecho propio la distribución de las vacunas y la ejecución de los planes nextgenerat ion del a comisión Europea. tienen toda la razón. pero no sé a quién pretenden engatusar porque es lo que están haciendo todos los gobernantes, empezando por Boris Johnson, que ha disparado su popularidad en Gran Bretaña con el éxito de la vacunación.
Se ha de agradecer, eso sí, la originalidad de las invectivas de los líderes políticos, o la de sus asesores, que tienen que recurrir a frases con fortuna para intentar salir en algún titular. El líder de Vox, Santiago Abascal, enseñó un adoquín que supuestamente le habían tirado a sus partidarios en Vallecas. Pero esta fórmula ya había sido explotada con anterioridad por Albert Rivera o Isabel Díaz Ayuso. Lo que sí que tuvo gracia fue la salida del líder popular Pablo Casado, quien comparó los planes de reconstrucción europeos con una“pizza recalentada” por las veces que Sánchez había presentado los proyectos. Pero más allá de la ocurrencia, sesiones como la de ayer alejan cada vez más a los ciudadanos de sus políticos. En este sentido, no se pierdan hoy el artículo del asesor de comunicación AntoniGutiérrez- rubí en La Vanguardia que recuerda una frase escuchad a en un focusgroup:
“Los políticos hablan entre ellos, para ellos y de sus temas. No se les entiende y no hacen nada”. Pues eso.