Golpe a la mayor red china de tráfico de marihuana arraigada en Catalunya
Santa Coloma de Gramenet
Si de entrada ya no es fácil investigar a las organizaciones criminales chinas, en pandemia las dificultades se multiplican. Imaginen por un momento hacer la vigilancia de un bar en el que se reúnen los cabecillas de la trama, con los sospechosos, todos chinos, y con mascarilla. En esas condiciones, hace poco más de un año, un equipo conjunto de mossos d’esquadra y policías nacionales de las respectivas brigadas centrales de crimen organizado han trabajado para desmantelar a la hasta ahora mafia más importante de tráfico de marihuana de origen chino arraigada en Catalunya. Un dispositivo policial realizó en el día de ayer 23 registros y anoche ya se habían ejecutado más de medio centenar de detenciones.
La investigación, bajo secreto de actuaciones todavía, logró determinar el lugar exacto de multitud de plantaciones de marihuana en las que trabajaban bajo unas normas de disciplina inquebrantable decenas de chinos que apenas salían de los locales. Otros recogían las cosechas, unos cuantos empaquetaban al vacío y el resto vendía la mercancía a toda Europa.
Las ingentes cantidades de dinero en metálico obtenidas se blanqueaban. Una parte pequeña, en negocios, aunque buena parte de los billetes salían de España escondidos en una ruta que los investigadores siguen trabajando para determinar.
Pese a la opacidad de los sospechosos, sus medidas de seguridad y protección para no ser descubiertos y sus costumbres cerradas, sin apenas relacionarse con nadie para no despertar sospechas, los investigadores lograron hacerse con información privilegiada para trabajar en la elaboración de organigramas, colocando nombres y apellidos a cada uno de los sospechosos y determinando su rol en la organización.
Durante el día de ayer los registros permitieron la incautación de por lo menos más de 200.000 euros en metálico y una gran cantidad de marihuana todavía en plantas y otras tanta empaquetada y lista para viajar.
El grupo no estaba armado y nadie opuso resistencia en el momento de las detenciones. Como suele ser habitual en este tipo de organizaciones de origen chino, ni crean problemas, ni los buscan, ni oponen resistencia cuando aparece la policía. Esa opacidad tan característica les había permitido pasar literalmente desapercibidos durante años en el negocio que creció de manera exponencial. Algunos de los jefes de la trama vivían cómodamente, pero sin ostentación, en la localidad de Santa Coloma de Gramenet.