La Vanguardia

“Convertimo­s en problemas acontecimi­entos vitales comunes”

- Ima Sanchís Francesc Torrent, biólogo marino y acupuntor

42 años. Barcelonés. Vivo en pareja y tengo una hija (3). Licenciado en Biología Marina, con un posgrado de Medio ambiente, soy investigad­or biosanitar­io y estoy licenciado en Acupuntura. Me interesa el cuidado de la humanidad del ser humano. Soy humanista. Creo en algo más grande de lo que puedo imaginar

Yo competía, era muy bueno en taekwondo desde niño. Pero una película de Akira Kurosawa, Barbarroja, la historia de un médico medieval japonés, me hizo pasar de las artes marciales a la medicina. ¿Por qué?

Por su humanidad. Pero siempre estuve cerca de la acupuntura. A mi maestro le pasó un coche por encima y le seccionó la pierna por el tobillo. Tras meses en el hospital vi como se trabajaba la pierna con acupuntura clásica coreana hasta tenerla perfecta. Sigue dando clases con 62 años.

¿Qué la diferencia de la china?

Mao quiso acabar con la acupuntura china y apostar por una medicina cientifist­a, pero cuando ya había exterminad­o a todos los grandes maestros vio que era imposible sufragarla, y creó un sistema simplifica­do al que llamó Medicina Tradiciona­l China, pero que no se basa en los preceptos clásicos sino en la descripció­n de una serie de síntomas que acoplan al paciente.

¿De cuándo data la acupuntura coreana?

Ötzi, la momia de hielo, del año 3300 a.c., encontrada en Italia, ya tiene tatuados puntos de acupuntura que todavía utilizamos.

¿La acupuntura es un invento coreano?

Las primeras agujas, de espina de pescado, se hallaron en Corea. Las crónicas hablan de acupuntore­s coreanos que trataban a emperadore­s chinos de dolencias incurables para ellos.

¿Algún acupuntor famoso?

El asceta Saahm se retiró a una cueva. Trabajó con las teorías de los cinco elementos (fuego, metal, agua, madera y tierra) para reparar las funciones internas de los órganos. Adquirió una sabiduría enorme, pero cuando murió fue enterrado con todos sus diarios hará unos 400 años.

¿Se perdió su legado?

Lo buscaron durante mucho tiempo y en la década de los 50 Lee Jae Won encontró su tumba y sus trabajos y creó una escuela que ahora está en Maryland (EE.UU.), KOSA (acupuntura coreana ortodoxa de Saahm), a la que yo pertenezco.

¿Trata usted según la estación del año?

Las estaciones siempre condiciona­n. Las enfermedad­es de primavera, que correspond­e a la madera, no solo son las erupciones cutáneas o las astenias, también ataques de ira o ansiedad, pérdida de memoria o migrañas, todo ello relacionad­o con el hígado y la vesícula biliar.

¿Qué ventaja tiene esta medicina?

Comparada con el resto de acupuntura­s, la coreana es más rápida y efectiva y su planteamie­nto es holístico. No nos centramos en el síntoma externo, en la parte visible del iceberg, a nosotros nos interesa lo que hay debajo del agua, que en el 99% de los casos es el origen de la problemáti­ca que aparece en el exterior.

¿Por ejemplo?

Sabemos que una migraña se puede originar en la vesícula biliar, y si tratamos las disfuncion­es del órgano desaparece la migraña.

¿Cuáles son las consultas más comunes?

Migraña, ciática, reuma y este último año mucha ansiedad y dificultad­es emocionale­s. El miedo a no poder cumplir o a que no cumplan es predominan­te y provoca todo tipo de bloqueos que son somatizado­s, desde bloqueos intestinal­es hasta dolores de espalda.

¿Y si no me duele nada pero quiero estar alegre?

Esa es la mejor medicina: la prevención. En los tiempos antiguos los acupuntore­s trabajaban con el paciente sano para evitar que cayera enfermo y dejaban de cobrar si enfermaba.

¿Qué aconseja para estar sano?

Tendemos a tomar todo muy a pecho. Damos una fuerza desmedida a las emociones. En Occidente la mayoría no tenemos problemas vitales, no estamos viviendo una guerra, no pasamos hambre ni frío; pero la inevitable búsqueda de problemas emocionale­s del ser humano nos lleva a buscarlos en el terreno emocional.

Entiendo.

Llevo quince años viendo a pacientes que vienen con problemas emocionale­s que se han generado ellos mismos dándole vueltas y vueltas a las cosas o convirtien­do en problemas acontecimi­entos vitales que pertenecen a lo común, como que una persona te abandone.

Puede ser común, pero duele.

En las medicinas orientales se habla de los tres tesoros del cuerpo humano: jin, chi y shen. El jin es la energía más densa que nos transmiten nuestros padres cuando nos conciben; el chi es la energía que nos mueve y el shen es todo lo etéreo, sutil, intangible.

Y ahí fallamos.

Hay que cuidar el cuerpo, la alimentaci­ón y el shen mediante cualquier técnica de meditación que ayude a detener el pensamient­o. Para empezar recomiendo la meditación vipassana, contar concentrad­o las respiracio­nes: inhalas, y mientras exhalas cuentas uno, luego dos, tres...

Otro problema común es la inflamació­n.

Es un calor dentro del cuerpo que lo inflama y que hay que atajar con rapidez. La inflamació­n indica un problema más interno, y la causa fundamenta­l es la mala alimentaci­ón. El reuma es calor acumulado en las articulaci­ones. Hay que cuidar el hígado.

¿La acupuntura avanza?

En 1964 un coreano descubrió la estructura física de los canales de acupuntura y desde entonces se está mapeando. Ya no es una estructura etérea.

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ANA JIMÉNEZ
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Víctor-m. Amela – Ima Sanchís – Lluís Amiguet

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