El Govern se da una semana más antes de suavizar las restricciones
● Con la prórroga de las medidas hasta el día 26 se espera dar tiempo a que la epidemia baje ● Las expectativas de ampliar el área de confinamiento o las excepciones no se cumplen ● A partir del lunes deben llegar otros casi dos millones de vacunas a Es
Una semana más de confinamiento comarcal y con las mismas restricciones que estos últimos siete días. El Govern decidió ayer prorrogar las medidas, confiando en que en una semana se vea un descenso de contagios y del número de pacientes en las ucis. Y abriendo la expectativa de que, si la epidemia no empeora, el día 26 se podrá reemprender la apertura de actividades.
Si la pasada semana se volvió al confinamiento comarcal y se pidió tiempo para ver el impacto en los contagios de la movilidad y la interacción social durante la Semana Santa, ayer, el secretario general del Departament de Salut, Marc Ramentol, confirmó que apenas ha habido “efecto Semana Santa”, que no ha habido “explosión de casos”, sino que la epidemia parece estabilizarse. Ya lo dijo el secretario de Salut Pública, Josep Maria Argimon.
Entonces, ¿por qué mantener todas las restricciones? “Para apuntalar el cambio de tendencia incipiente, doblar la curva de contagios y de la presión asistencial en las ucis”, justificó la decisión Ramentol. Si no baja la curva, no se puede abrir más, dijo.
Hay ahora 11.700 contagios semanales, un aumento del 11%, pero en los próximos días bajarán, prevé Argimon, ya este fin de semana hasta unos 11.000. Así lo apuntan los indicadores (como los tests que se hacen a los sintomáticos en los CAP), pero no quiso ir más allá. “Optimismo todo, pero la predicción de que iremos bien la próxima semana no la voy a hacer, espero que la epidemia se mantenga estable y podamos abrir”, afirmó Argimon.
Los últimos días se ha desacelerado el aumento de hospitalizaciones y de ingresos en las ucis. A Salut le sorprendió el fuerte aumento de enfermos críticos hace un par de semanas, pero parece que se ha estabilizado. Eso sí, ayer seguía habiendo 1.672 hospitalizados, 500 de críticos. Ramentol recordó que esta elevada cifra condiciona la atención a los enfermos sin covid, hay que desprogramar alguna cirugía. Los pacientes con covid ocupan el 52% de las camas de uci, por ello hay que reducir el número, no facilitar que aumente.
Tanto Ramentol como el conseller de Interior en funciones, Miquel Sàmper, señalaron que “si los datos acompañan” el día 26 podrían reabrir actividades. Sàmper aseguró que se trabaja en un plan de desescalada, pensando en todos los sectores, a corto y medio plazo, aunque advirtió que la reapertura no será tan rápida como todos querrían, sino “lenta y segura”, para evitar tener que dar pasos atrás.
Con esta perspectiva no se toca ninguna medida esta semana. No se ha autorizado, por ejemplo, el salvoconducto que pide el sector cultural, que las entradas de los espectáculos sirvan de justificante como excepción del cierre comarcal. Tampoco se ha cambiado este confinamiento comarcal por uno de perímetros más amplios, como las veguerías o regiones sanitarias. Desde las entidades municipalistas se pidió que así fuera ya el 10 de marzo. Y el Ayuntamiento de Barcelona, con la alcaldesa Ada Colau y el primer teniente de alcalde, Jaume Collboni, ha hecho batalla de esta propuesta que daría más aire a los barceloneses.
La consellera de Presidència, Meritxell Budó, dijo el martes que la idea estaba sobre la mesa y se han mostrado partidarios de ella la vicepresidenta de Jxcat, Elsa Artadi o el mismo Sàmper. Pero al final. el confinamiento no
Argimon prevé que los casos bajen ya este fin de semana, pero no sabe cómo irá a partir del lunes
varía, para disgusto de muchos municipios y comarcas, quejosos con el Govern porque creen que no escucha sus peticiones.
Sàmper y Ramentol no descartaron confinar por veguerías, ni una desescalada “asimétrica”, adaptada a la incidencia de covid en cada territorio. Pero el conseller de Interior admitió que “no hay nada decidido porque frente a la solicitud del Ayuntamiento de Barcelona hay otras realidades territoriales, totalmente diferentes”. Tampoco aclararon si en caso que mejoren los datos, el día 26 se podría levantar el cierre comarcal sin más debates.
Otra cuestión es que pasará tras el fin del estado de alarma el 9 de mayo, en que será difícil aplicar medidas como el confinamiento nocturno. El comisario de los Mossos, Joan Carles Molinero, reconoció que ya crece cada día su incumplimiento. Ramentol dijo que se “deberán buscarse normativas alternativas”, tras el día 9, “la epidemia seguirá viva”.
El número 2 de Salut dijo que confía en que la cuarta ola no crezca demasiado gracias a la vacunación y a que el buen tiempo reduzca la transmisión del virus. También Sàmper espera poder dejar la gestión del “abrir y cerrar”. La vacunación, pese a los obstáculos, hace ser optimistas. Ayer se llegó en Catalunya a la cifra de dos millones de dosis inyectadas, 1,5 millones de primeras dosis y medio millón de ciudadanos ya inmunizados. Uno de cada cinco catalanes lleva una dosis. “Necesitamos más vacunas, sobre todo de Astrazeneca. Sus puntos de vacunación estan llenos al 100%”, aseguró Argimon.
La previsión en España es recibir la próxima semana un cargamento de casi dos millones de vacunas más, entre los 1,2 millones de Pfizer, más de 300.000 de Moderna y unas 218.000 de Astrazeneca, indicaron fuentes del Ministerio de Sanidad a la Cadena SER. Si no hay contratiempos.
El próximo jueves se decidirá si se desbloquea la administración de la vacuna de Janssen en Europa, medida tomada después de los casos de trombosis cerebrales que se han dado en ciertos pacientes tras recibir la inyección. Este fármaco estadounidense, producido por Johnson & Johnson, ampliaría de manera muy notable la inmunización al ser la única vacuna en el mercado de una sola dosis.
Argimon avanzó que, aparte del cribaje que se hace de los universitarios y a jóvenes en clubs deportivos, se prepara otro entre personas “que aún no entran en la vacunación por su edad y tienen mucha movilidad”, pero no dio más detalles.
Catalunya ya ha puesto dos millones de inyecciones; al menos una al 20% de la población