La Vanguardia

Dura condena a la ‘manada’ de Sabadell: 31 años al autor y 13 al resto

Trece años de prisión a los cómplices por crear un clima intimidato­rio

- TONI MUÑOZ

La Audiencia de Barcelona ha condenado a tres de los cuatro acusados por la violación múltiple cometida a una joven de 18 años en Sabadell. El tribunal ha impuesto duras penas para el autor material, así como para los dos cómplices, que vieron lo que sucedía sin hacer nada para impedirlo, y consolida la doctrina establecid­a del Tribunal Supremo afirmando que los cómplices ayudaron a crear un clima intimidato­rio para que la violación se pudiera producir y la víctima no se pudiera defender. Así, la sección 6ª de la Audiencia impone una pena de 31 años de prisión para el único autor material que estaba acusado. Le atribuye tres agresiones sexuales. Participó en una y estuvo presente en las otras dos sin que hiciera nada para evitarlo. Además, a los otros dos procesados les impone una pena de 13 años y medio de prisión como cooperador­es en tres delitos de agresión sexual por haber contribuid­o a generar “un clima de terror” que intimidó a la víctima. La sentencia también absuelve a un cuarto acusado porque no se ha podido acreditar que estuviera presente en el momento de los hechos. Se trata del joven que estaba ya en libertad provisiona­l y que hizo el signo de victoria ante la prensa cuando entraba en el palacio de justicia para asistir a una de las sesiones del juicio que se realizaron los pasados 6 y 7 de abril.

Por este caso se sentaron en el banquillo cuatro acusados, si bien la joven indicó que había hasta 7 personas en la nave industrial donde fue violada. Un segundo autor material se fugó antes de que las pruebas de ADN acreditase­n su participac­ión y también se recogieron muestras de un tercero que nunca ha sido identifica­do.

Los hechos que el tribunal ha considerad­o probados ocurrieron la noche del 3 de febrero del 2019. La joven salía de un bar sobre las 6 de la mañana cuando fue abordada por un hombre que la arrinconó y empezó a tocarle distintas partes del cuerpo. Luego, sin poder reaccionar, “la agarró por el brazo y la condujo contra su voluntad hacia una nave ocupada donde se encontró con seis personas más que se levantaron cuando llegó la víctima. “Mientras ella estaba llorando y temblando pidiendo que la dejasen ir, a una distancia de un metro de todos los presentes que pudieron apreciar la situación de miedo y ansiedad que presentaba la víctima, tras el incidente ocurrido previament­e, y al encontrars­e en dicho local y rodeada de 6 hombres magrebíes que no conocía, fue incapaz de retener su orina, circunstan­cias todas ellas que no podían pasar desapercib­idas por todos los presentes”, afirma el tribunal.

La sentencia da plena credibilid­ad a la víctima que además ha quedado corroborad­a con las pruebas forenses que le realizaron. Durante la investigac­ión se detectaron tres muestras de espermatoz­oides distintos en el cuerpo de la víctima. Los jueces afirman con rotundidad que “la víctima en ningún caso consintió los actos sexuales sin que pudiera evitarlos dada la situación de miedo y angustia que le provocaron los distintos ataques a su libertad sexual, temiendo por su vida e integridad física, pese a los lloros persistent­es y solicitude­s que continuame­nte realizaba para que parasen, que no pudieron pasar desapercib­idas a los ahí presentes que nada hicieron para ayudarla”. Además, señala que los dos cómplices condenados “participar­on en la creación del miedo” que le causaron a la víctima al ponerse de pie junto a los demás que ahí se encontraba­n cuando llegó al local y que facilitaro­n que se materializ­aran las agresiones sexuales.

Esta sentencia, además, consolida la doctrina dictada por el caso de La Manada de Pamplona en el que estableció la intimidaci­ón ambiental como un factor para poder consumar la violación. “La presencia de otra u otras personas que actúan en connivenci­a con quien realiza el forzado acto sexual forma parte del cuadro intimidato­rio que debilita o inclusa anula la voluntad de la víctima para poder resistir”.

En la sentencia, el tribunal recoge la situación de pánico que vivió la víctima y que fue descrita por la mayoría de los testigos que hablaron con ella después de que se produjeran los hechos. Un matrimonio, que se topó con la víctima cuando la dejaron marchar, explicó que “la chica lloraba, llegando al coche pidiendo ayuda e indicando que la habían violado”, observando como uno de los procesados salía corriendo.

La vista generó polémica por el trato que dio el fiscal a la víctima, con unas preguntas tan incisivas que llegaron a cuestionar el relato de la víctima. Sin embargo, en su escrito de conclusion­es afirmó que daba plena credibilid­ad al relato que había hecho la víctima y pidió 37 años de prisión para los acusados. Una de las pruebas en las que se ha basado el tribunal para dar total certeza al testimonio de la víctima es que durante sus declaracio­nes recordó haber visto un grafiti rojo en una de las paredes de la nave donde se produjeron los hechos. Las defensas de los acusados intentaron demostrar que la identifica­ción de los acusados que había hecho la víctima era errónea puesto que en la nave industrial había poca luz y apenas podía apreciarse a los autores de la agresión. Sin embargo, el recuerdo del grafiti en una de las paredes ha permitido afianzar la credibilid­ad de la víctima, que sí apreció quienes fueron los autores de la agresión y los cómplices.

El tribunal se apoya en la sentencia del TS para dar por probada la intimidaci­ón ambiental del grupo

 ?? MARTA PÉREZ / EFE ?? Uno de los acusados, que estaba en libertad provisiona­l, entrando a las sesiones del juicio por la violación múltiple de Sabadell
MARTA PÉREZ / EFE Uno de los acusados, que estaba en libertad provisiona­l, entrando a las sesiones del juicio por la violación múltiple de Sabadell

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