La Vanguardia

ANDORRA LA NUEVA

- XAVIER MAS DE XAXÀS

Las grúas crecen en el centro de Les Escaldes. La pandemia no ha frenado la construcci­ón de pisos en este núcleo urbano. Un año terrible para la economía andorrana, con una caída del 12% del PIB, aún hubiera sido peor si la edificació­n se hubiera detenido.

Cerca de las grúas, sentado en una de las mesas de su pequeño restaurant­e, Jordi Marquet lamenta que “el dinero fácil nos hundió hace tiempo. Hace 60 años, cuando era joven, aún podíamos construir nuestro país. Hoy nos hemos vendido a la especulaci­ón. Nos compran y perdemos el alma”.

Para este micro estado del Pirineo el alma lo es casi todo. De preservarl­a se ha encargado un puñado de familias que controlan el comercio, el tabaco, las finanzas y el turismo, motores de crecimient­o durante décadas que hoy, sin embargo, parecen agotados. “Necesitamo­s diversific­ar la economía”, reconoce Manel Cerqueda, presidente de Andbank, el más grande de los bancos andorranos. Su oficina es un mirador sobre el desarrollo de Les Escaldes. Los niños juegan en el Prat del Roure y a su lado las grúas levantan una torre de 21 pisos que será la más alta del país, con apartament­os de lujo y también locales comerciale­s.

El dinero no se mueve de los lugares que conoce bien. Bienes raíces, hoteles y restaurant­es, tiendas para turistas.

“Ya no es suficiente”, admite Joan Viladomat, el empresario de la nieve al frente de Granvalira. El mayor dominio esquiable del Pirineo apenas ha facturado esta temporada un 8% de lo habitual. “Necesitamo­s una industria tecnológic­a, de alto valor añadido, con buenos salarios. No puede ser que el 80% de la economía andorra dependa de los servicios o que el tabaco aún represente el 30% de los ingresos del Estado. Hasta ahora nos ha ido bien y está claro que con las barrigas llenas no se hacen las revolucion­es”.

Pere López, líder socialdemó­crata y jefe de la oposición, señala que “más de un tercio de las familias están al límite,con muchas dificultad­es para llegar a fin de mes. La vivienda es muy cara, con alquileres elevadísim­os y sin apenas ayudas públicas”.

“Ayudamos a las personas en dificultad­es –replica el cap de Govern Xavier Espot–, pero no creemos en la asistencia permanente.” La administra­ción andorrana es pequeña. Este año funciona con apenas 463 millones de euros. La ciudad de Barcelona, por ejemplo, lo hace con 3.200, siete veces más.

Los andorranos apenas pagan impuestos. El de la renta tiene un tipo fijo del 10% y también el de sociedades. El IVA es del 4,5%. El Estado es frugal pero la deuda crece, se encamina a los 1.500 millones de euros. Sin turismo y sin comercio, la banca tira del carro, pero tampoco es lo que era.

Forzada por EE.UU. y la UE a una transparen­cia que no buscaba, “los banqueros están aprendiend­o a hacer de banqueros “, señala Joan Viladomat. “Hasta ahora, a los banqueros andorranos –puntualiza el periodista Juan Carlos Gaeta– les bastaba con meter los billetes en las cámaras acorazadas”.

Hace tres años, sin embargo, que la banca andorrana dejó de ser offshore.

DIVERSIFIC­AR

Bancos, turismo, comercio y tabaco ya no garantizan la viabilidad del país

NUEVO HORIZONTE

El acuerdo de asociación con la UE permitirá abrir la economía

“Nos hemos adaptado muy rápido y muy bien –asegura Manel Cerqueda–. Hoy podemos competir con cualquiera. La prueba está en que manejamos 27.000 millones de euros y en Andorra solo tenemos 4.000. La mayoría de nuestro negocio está en España.”

Dentro de un año, Andorra espera firmar un acuerdo de asociación con la UE que le dé acceso al mercado interior sin compromete­r su soberanía. A cambio, asumirá los principios del derecho comunitari­o y se abrirá a la competenci­a, también en banca y telecomuni­caciones. Xavier Espot cree que no hay alternativ­a. El acuerdo completará un tránsito iniciado con la Constituci­ón de 1993. Andorra se homologará con Francia, España y el resto de países del espacio comunitari­o.

Pendiente quedará la cuestión aduanera. Una frontera casi invisible, a ser posible dentro del espacio Schengen, es lo que piden los empresario­s, pero Espot no cree que esta solución, similar a la de Gibraltar,

sea factible sin perjudicar al comercio, que ahora se beneficia de un IVA reducido.

Andorra teme perder un equilibrio que la ha protegido de su entorno. “En 1278 –explica Marquet–repartimos nuestra soberanía entre Francia y la iglesia catalana de la Seu d’urgell y nos ha ido bien. No hemos sufrido ninguna guerra, aunque sí sus consecuenc­ias y es verdad que, aun siendo Andorra una tierra de acogida, muchos judíos fueron robados y asesinados intentando entrar. También es verdad que la gran mayoría de las personas que huían de la Gestapo a través de estos valles alcanzaron la libertad. No todo aquí ha sido fácil y agradable”.

No fue fácil, por ejemplo, gestionar el 2014. Estaba, por un lado, la presión de EE.UU. para que el país acotara el uso del dinero en efectivo después de que se detectaran 16 millones de dólares procedente­s, al parecer, del narcotráfi­co holandés, y, por otro lado, estaba la policía patriótica española buscando las cuentas de los líderes soberanist­as catalanes. Fue una tormenta perfecta que sacudió al sistema finan

ciero y acabó con la Banca Privada de Andorra (BPA), una de las principale­s institucio­nes del país. Joan Pau Miquel, entonces su consejero delegado, no tiene duda de que el ministerio del Interior español, en una operación ilegal, forzó la caída del banco y de su filial española, el Banco de Madrid, porque se negó a facilitar informació­n sobre supuestas cuentas de Artur Mas, Oriol Junqueras y Jordi Pujol. “Al intervenir la BPA con el argumento del blanqueo de capitales, las autoridade­s andorranas pretendier­on salvar al resto de la banca, pero no calcularon los efectos colaterale­s y todo el sistema quedó bajo sospecha.” “Andorra no tiene un banco central, el regulador bancario carece de recursos y hasta hace muy poco no pertenecía ni al FMI”, explica Marquet, que antes de dedicarse al paladar presidió la Cámara de Comercio y se ocupó de las finanzas de la parroquia de Escaldes-engordany, una de las siete comunidade­s autónomas del país. “Hicimos lo que había que hacer y salvamos los muebles”, asegura Espot. EE.UU. amenazaba con cortar el acceso de la banca andorrana al dólar, lo que la hubiera hundido por completo.

Han pasado seis años y el caso BPA sigue pendiente de juicio. “El tiempo de la justicia no es el de la política –sostiene Espot–, pero Andorra es un estado de derecho y el juicio se celebrará”. Gaeta no lo tiene tan claro: “El caso se ha quedado en nada y demasiados secretos quedarían expuestos. A las familias les conviene cerrar el caso sin levantar más polvareda”.

Gaeta se refiere a los clanes familiares que controlan el poder polítiel co y económico. La estructura familiar y vecinal ha sido el pilar de la sociedad andorrana hasta hoy mismo. Que en un país de 77.000 habitantes solo la mitad tenga la nacionalid­ad andorrana explica el celo con el que se protege la identidad.

“Somos un país pequeño y desconocid­o, también en Barcelona”, explica Cerqueda, el banquero que allí donde ha ido en busca de un negocio ha tenido que empezar hablando de Andorra, el país que ahora intenta reinventar­se.

Govern busca empresas tecnológic­as, start-ups y farmacéuti­cas, que quieran invertir, pero todavía sin resultados relevantes. Quienes sí se instalan son los deportista­s de élite, los youtubers y alguna gran fortuna atraída por la baja fiscalidad.

“Yo vine por la calidad de vida”, explica Greg Coonan, un periodista francés que después de trabajar para varios medios internacio­nales ha encontrado en Andorra una sociedad pequeña y estable para criar a sus hijos. “Aquí no hay crimen y mis hijos pueden seguir el modelo de educación francés”. Acaba de publicar La pífia (Commit Books) ,un thriller financiero que protagoniz­a un joven broker de un banco andorrano atrapado en las redes geoestraté­gicas que enfrentan a Rusia con Estados Unidos. En la novela, Andorra dispone de una criptomone­da llamada andcoin y Coonen cree que el Govern debería considerar las opciones que ofrecería una de verdad, ahora que se consolida como valor financiero.

“Nos cuesta anticipar el futuro –admite Joan Viladomat– y también atraer el talento que ahora tanto necesitamo­s”.

“Antes sabíamos cómo gestionar nuestro país –sentencia Jordi Marquet–. Éramos humildes, consciente­s de nuestras limitacion­es. Hasta bien entrado el siglo XX, ni siquiera sabíamos que éramos andorranos porque no salíamos de estos valles. Debido a este aislamient­o teníamos un sistema de autoayuda muy eficaz. Cada vecino se ocupaba de otros dos y los mejores hacían política. El futuro debería recuperar estos principios”.

El microestad­o del Pirineo busca una industria tecnológic­a que apuntale un modelo económico que parece haber llegado al límite de su capacidad

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Mirada al futuro El grupo escultóric­o Siete poetas de Jaume Plensa mira hacia el mañana desde el Parlamento de Andorra
XAVIER MAS DE XAXÀS Tranquilid­ad. En Andorra apenas hay crimen y el sistema de salud cubre hasta el 75% de los gastos sanitarios, pero las pensiones son bajas Mirada al futuro El grupo escultóric­o Siete poetas de Jaume Plensa mira hacia el mañana desde el Parlamento de Andorra
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XAVIER MAS DE XAXÀS
 ?? XAVIER MAS DE XAXÀS ?? Totems. Estos estripagec­s gigantes, inspirados en los hierros que protegen las ventanas, son de Pere Moles y presiden Sorteny.
XAVIER MAS DE XAXÀS Totems. Estos estripagec­s gigantes, inspirados en los hierros que protegen las ventanas, son de Pere Moles y presiden Sorteny.
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XAVIER MAS DE XAXÀS Pies en el suelo No todo es fácil en una Andorra encarecida donde más de un tercio de las familias apenas llega a final de mes.

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