Cercas o el fariseísmo
No parece que a Cercas le guste demasiado el debate con quienes lo critican, quizás porque sus opiniones, como aseguró en el FAQS hablando del rey emérito, o de la democracia española, son verdades inapelables.
Al menos esa es la impresión que se deriva de su negativa a debatir con quienes han acusado a sus novelas de tener una mirada amable con el fascismo. Así lo aseguraba el catedrático de Estudios Hispánicos Sebastiaan Faber en un artículo del 2019 titulado “Pasado de rosca”, donde se lamentaba que Cercas cayera en la “desfachatez intelectual” de matar al crítico. El artículo venía a cuento de los publicados por el historiador Francisco Espinosa –especializado en la Guerra Civil y la represión franquista en Extremadura y Andalucía–, donde aseguraba que Cercas “blanquea el fascismo”. En la misma dirección escribía la poeta mexicana Guadalupe Flores (“Javier Cercas: la ambigua condena al fascismo”) o el propio Faber, y planteaba cuestiones punzantes Ignacio Echevarría, en su artículo “Héroes de familia”. La respuesta de Cercas fue otro artículo (“Plumas en el viento”), donde rebatía a Espinosa acusándole de “mentiroso” y, por tanto, “émulo fiel de Adolf Hitler”. Finalmente, Faber se lamentaba de que “quedan sin responder las críticas a la obra de Cercas que varios llevamos formulando desde hace años”, añadiendo que el reconocimiento del valor de su obra no impedía “cuestionar algunas de sus decisiones estéticas y planteamientos morales y políticos”.
Si recupero esta polémica (nada menor) sobre Cercas, es porque resulta significativa para la reciente que ha enfrentado al escritor con el independentismo. Por supuesto entiendo que se enfade con algún tuit descarnado (bienvenido al club), aunque, si le parece grave que lo comparen con Karadzic, me pregunto qué pensará el historiador al que Cercas le regala un reductio ad Hitlerum, comparándolo con Hitler. Pero de ahí a convertir la polémica en una excusa para mostrar al independentismo como una especie de inquisición que persigue ideas y personas es una sobreactuación deliberada que busca dos cosas: el martirologio y el aplauso del poder. Aunque, para alguien que confesó que la covid era terrible, pero que le había afectado más el 1 de octubre, ningún exceso retórico es insólito. Al final se consigue el objetivo: editoriales, artículos e incluso una viñeta de Gallego y Rey mostrando a Hitler con una estelada. Y se opera el milagro: Cercas es una víctima, y Cuixart, Sànchez, Junqueras, Puigdemont, el millar de heridos por las urnas, los 3.000 represaliados... son victimarios. Todo normal.
Es una sobreactuación que busca el martirologio y el aplauso del poder