Un retorno socialmente necesario
“La resistencia a volver a la oficina existe (muchas personas piensan que son más productivas lejos de las interrupciones, el ruido y las distorsiones de ciertos compañeros) y es importante superarla no solo por cuestiones de rendimiento, sino por su impacto en términos de cohesión y tolerancia de nuestra sociedad”, asegura Liliana Arroyo, investigadora del Instituto de Innovación Social de Esade.
Porque, explica, al confinarse, teletrabajar y relacionarse en burbuja, es normal haber hecho limpieza en las relaciones de cordialidad. “Nuestros círculos de interacción son ahora más pequeños y estamos menos acostumbrados a relacionarnos con gente que nos molesta o no nos cae bien; pero es importante superar eso y volver a relacionarnos fuera de nuestras burbujas porque, si no, entramos en una especie de cámaras de ego (como ocurre en las redes sociales), se nos olvida la diversidad de nuestra sociedad, y se nos va atrofiando la tolerancia”, enfatiza la socióloga.
Y explica que no es solo que en la oficina haya que lidiar con todo tipo de compañeros o clientes (véase información en la siguiente página), “sino que al ir a trabajar compartes transporte y espacios con gente que viste diferente, de distinta edad, de otros estratos sociales... mientras que teletrabajando la interacción se reduce a unos cuantos compañeros, tu familia y pocos amigos, así que ese imaginario y ese contacto con gente distinta desaparece”.