Cómo lidiar de nuevo con los compañeros de trabajo
Salir de la cabaña, del aislamiento en que algunas personas han estado trabajando durante más de un año, puede provocar algunas fricciones al recuperar la interacción social de la oficina. Dependerá, dicen los expertos, de la vida social que tenga y haya tenido cada uno y de cómo haya fomentado y cuidado la organización las relaciones entre sus trabajadores. Y dan algunas claves para lidiar mejor con aquellos que tienen hábitos molestos o dañinos.
EGÓLATRA
Es fácil toparse con un compañero ególatra o narcisista, que trata siempre de acaparar la atención y tapar las ideas de otros convencido de que las suyas son mejores, aunque los demás piensen lo contrario. Los psicólogos dicen que, en lugar de ponerse a la defensiva, decirles que están equivocados o ignorarlos, es más “inteligente” halagarlos cuando muestran un buen comportamiento.
CHISMOSO
Para lidiar con los cotilleos y comentarios destructivos de la oficina, lo mejor es rodearse de compañeros positivos en lugar de aquellos que tienen tendencia a chismorrear. Y si uno se encuentra en medio de una conversación de ese tipo, siempre puede desmontarla preguntando “¿cómo sabes eso?” o abandonarla con un “solo comparto información contrastada”.
PESIMISTA
Convivir junto a un eterno pesimista o el quejoso crónico resulta agotador. Se puede recurrir a un “si yo fuera tú, me sentiría de la misma manera” o preguntarles si no han pensado en una solución a eso de lo que tanto se quejan.
VAGO
Trabajar con alguien que siempre hace lo mínimo puede resultar frustrante, sobre todo si su falta de diligencia repercute en el trabajo de los demás. Según los psicólogos, la respuesta emocionalmente inteligente sería comprender por qué se sienten así y desafiarles a conseguir ciertos objetivos.
IINTIMIDANTE
Con los colegas propensos a humillar a los vulnerables o que tratan a los demás con falta de respeto, la mejor opción es, según los expertos en gestión emocional, no reaccionar, porque eso es lo que buscan los acosadores y, si no lo encuentran, con frecuencia abandonan. Pero si no se detiene, “entonces es hora de comenzar a documentar sus acciones para llevar su caso a los superiores”, explican.