“Todavía hay mucho doctor Mengele”
CARMEN MÉNDEZ Presidenta de ADDA
“Hay mucho doctor Mengele suelto todavía. El doctor Mengele hacía esto con los judíos”, explica escandalizada Carmen Méndez, presidenta de ADDA al comentar el vídeo de Vivotecnia que su organización ha llevado al juzgado. En el “documental”, sorprende la deshumanización de los operarios, que trabajan de una manera que parece rutinaria, maquinal, como si ejecutaran movimientos consabidos, lo que para los defensores de los animales podría ser la prueba de la reiteración de los procedimientos con que venían actuando. La difusión de las imágenes es parte de una campaña que pone el foco en “el trato cruel” que reciben los animales de laboratorio. “Los animales son sometidos a pruebas muy severas que se ven agravadas por el trato abusivo y despiadado que se observa en las imágenes; no se les proporciona anestésicos; hay burlas y golpes; a un conejo lo tiran y le dañan la columna vertebral; lo que vemos es un menosprecio absoluto a la ética y el dolor. Muchas de estas prácticas están prohibidas”, añade.
En las pruebas de toxicidad aguda, los lotes de animales son obligados a ingerir sustancias tóxicas para comprobar la dosis letal que les provoca la muerte; “y una vez que en el plazo determinado el 50% de los animales ha muerto, también se procede al sacrificio del resto” para examinar los resultados, relata. Los animales que no son sometidos a pruebas tan severas pueden llegar a ser reutilizados en otros experimentos, y los otros esperan “su turno”. ¿Lo que pasa en este laboratorio es el peaje que debemos pagar por el “avance de la ciencia”? “No es asumible este argumento; sería un chantaje moral. No todo el maltrato animal que se produce gira en torno a los experimentos para la medicina y la salud humana porque este argumento enmascara muchos otros aspectos y campos de la experimentación con animales”, dice Carmen Méndez. Los defensores de los animales sienten como una victoria que se prohibiera la utilización de animales para la investigación en cosmética. “Pero los animales se siguen usando en la investigación de productos de la limpieza, productos químicos, industria del armamento o en muchos pesticidas que, nada tienen que ver con nuestra salud”, dice Méndez, que lanza otro debate. “No es ético ni demasiado científico que a los animales se le produzcan enfermedades inducidas artificialmente, enfermedades que ellos no tendrían por sí mismos; numerosos evidencias avalan que los resultados de estas pruebas no pueden ser extrapolables al hombre. Cada especie es diferente”, esgrime.