Verstappen se luce
El holandés vence sobre mojado en Imola a un errático Hamilton
El gran duelo prometido para este 2021 volvió a repetirse, pero la moneda esta vez cayó del otro lado: Max Verstappen al fin pudo romper el dominio de Lewis Hamilton. El holandés se hizo con la victoria en el GP de nombre interminable –Made in Italy y de la Emilia Romaña–, la carrera de Imola, gracias a dos acciones decisivas: una espectacular salida en la que birló la cartera al inglés, y un inesperado error de pilotaje del campeón sobre mojado. Una bandera roja le dio una segunda oportunidad y Hamilton pudo escalar del 9.º al 2.º puesto.
Remontada final al margen –tan soberbia como previsible por su parte para arreglar el desaguisado protagonizado–, las dos acciones decisivas de la carrera fueron dos errores de Hamilton.
En la salida, con el asfalto mojado, el inglés se dejó birlar la primera posición, desaprovechando la ventaja de la pole. Verstappen volvió a poner la sal y la pimienta con un arranque espectacular desde la tercera posición. Aceleró como una exhalación pasando a su compañero Checo Pérez y adelantó por el exterior a un Hamilton que se durmió. El holandés se situó primero al llegar al primer ángulo y con una espectacular frenada en Tamburello cerró el paso al Mercedes, que se tuvo que ir por la escapatoria, pisando pianos y bananas (los obstáculos). Resultado: Verstappen se largó con el liderato y Hamilton se quedaba atrás, con el rol de perseguidor.
No lo estaba haciendo mal el inglés recortando distancias al holandés con una gran gestión del desgaste de las gomas intermedias. Antes del primer pit-stop (muy lentos en Mercedes en la parada, de 4s) Lewis tenía a Max a tiro, y con gomas lisas, con la pista secándose, de nuevo volvió a echarse encima del Red Bull. Sin embargo, cuando parecía que iba a darle alcance –llegaba a ponerse a 2,5 segundos– en la vuelta 31 (de las 63), Hamilton cometió un error de bulto, insólito en él: se salió del carril seco y se estrelló contra el muro. Se quedaba sin opciones de victoria.
“Cometí un error por primera vez en mucho tiempo”, lamentó Lewis. “Solo había una línea seca y he tenido demasiada prisa por adelantar a Russell”, justificaba su fallo el inglés, que tuvo la suerte de los campeones: solo una vuelta después de destrozar el morro de su Mercedes colisionaban con violencia su compañero Bottas y el Williams de Russell, la pista quedaba sembrada de escombros de los coches y una bandera roja interrumpía la carrera.
Fue un salvavidas para Hamilton, que pudo regresar a boxes arrastrando el alerón delantero, con 29 vueltas por delante, y una resalida que le daba vida. “Por suerte pude volver a la carrera y conseguir unos buenos puntos. Tras la salida lanzada tuve batallas muy divertidas con todos los chicos”, resumía Hamilton, que se puso en modo cazador y pudo remontar del 9.º al 2.º con una escalada prodigiosa. Se comió a Ricciardo, Sainz, Leclerc y a falta de tres vueltas a Norris. Verstappen, que se había fugado a más de 20 segundos, ya era imposible de alcanzar. De todos modos, una soberbia manera de minimizar los errores cometidos. Hamilton salva el liderato por un punto, el extra ganado por la mejor vuelta de carrera.
Sainz, 5.º; Alonso, ‘subido’ al 10.º
Carlos Sainz tuvo una notable actuación ya desde la salida, en la que ganó tres posiciones, de 11.º a 8.º. Con un pilotaje más sólido y con más riesgos que en Bahréin, el madrileño pudo llegar hasta el 5.º puesto, a la estela de su compañero. “Llegar al 5.º en la primera carrera con lluvia está bien; hay muchas cosas que mejorar, pero no vamos por mal camino”. Por su parte, Alonso acabó 11.º, pero la sanción posterior a Räikkönen le hizo ganar una posición que le da su primer punto. El asturiano, discreto toda la carrera, admitía: “Sin excusas, no he estado al nivel adecuado”, decía, superado por su compañero Ocon. “Estoy más o menos donde esperaba, pero siempre quieres estar más arriba”.
DOS ACCIONES DECISIVAS Verstappen birló el triunfo a Hamilton en el inicio y el inglés la pifió al estrellarse contra el muro