No digan Village, digan Hospitality
El torneo reduce al máximo su zona vip pero se expande al mundo en formato digital
Hospitality. Así es como se llama ahora, y probablemente para siempre, la zona más exclusiva del Barcelona Open Banc Sabadell-trofeo Conde de Godó, que es así, exclusiva. Casi inaccesible. Más selecta que nunca. Ocupa, por efecto de la pandemia, muchos menos metros de los queridos y necesarios. Pero llegan cargados de energía positiva, impecablemente decorados y estructurados para cumplir a rajatabla las nuevas normas en tiempos de covid . Por eso se han limitado para solo unos pocos privilegiados en una zona diseñada como el más selecto networking de la ciudad, con las mejores vistas y conexión inmediata a la pista central y sus palcos. Abiertos a solo un 30% de las 1.000 personas con acceso a esta edición restringida del torneo.
Esta zona de hospitalidad propone como punto de encuentro una amplia terraza entoldada y un gran restaurante anexo al que acceden solo 386 personas al día repartidas en dos turnos. Supervisado (y aprobado) por el doctor Antoni Trilla y, por lo tanto, con las correspondientes distancias acordadas por el Departament de Salut, ofrece mesas de cuatro o seis comensales en la enorme estructura efímera de De Boer iluminada por TST y decorada con un estilo de inspiración belga, como Kristoff Puelinck, el responsable de la agencia Tennium que junto con el RCTB1899 gestiona el torneo barcelonés. En su quinto año en Pedralbes, Aspic, considerado el rey del catering, trabaja una vez más con cocina propia, la conciencia de que hay platos inamovibles como el huevo poché, la presión de bordar las nuevas normas y la tranquilidad de que, al menos este año, los turnos son los que son. De que esta vez no se van a atender 1.000 servicios en un solo día.
Ha cambiado, pues, la zona más vip, pero también todo el torneo. Es una avanzadilla de la visión que el RCTB 1899 y su junta directiva quiere imprimir a su torneo para transformarlo profundamente en la búsqueda de la excelencia. La idea es ser cada vez más solidario (con iniciativas adscritas al programa El Tenis que suma), más sostenible (con la llegada de la movilidad eléctrica de Cupra) y más digitalizado y accesible. Cuenta para ello con el partenariado con Orange, que abre el clásico a los nuevos tiempos ofreciendo streamings antes impensable. La prioridad es “abrir el trofeo Conde de Godó mucho más allá de los límites de Pedralbes para proyectar nuestra querida Barcelona en el mundo y que sea la mejor ciudad en la que disfrutar del tenis de primer nivel”, resume el presidente del RCTB1899, Jordi Cambra.