Esquerra y Junts tropiezan otra vez por el Consell per la República
Los equipos negociadores de Esquerra y Junts se volvieron a reunir ayer tarde para profundizar en las negociaciones para acabar invistiendo al candidato republicano Pere Aragonès como presidente de la Generalitat y formar Govern conjuntamente. Las conversaciones avanzan ahora a buen ritmo y “buen tono” y está la nueva pretensión de crear grupos de trabajo, según fuentes de los dos partidos, a pesar de disensiones en el calendario para llegar a un acuerdo. Pero este progreso no evita que rebroten cuestiones que parecían superadas y que acaban convirtiéndose en una piedra en el zapato. Y en este punto ha resucitado de nuevo la controversia por el Consell per la República.
El encuentro de ayer entre ERC y Junts fue de los más largos. En las cerca de dos horas que duró, más de la mitad del tiempo lo dedicaron a evidenciar sus desavenencias con el órgano que preside Carles Puigdemont desde Waterloo. “No ponen límites. Cuando hablan parece que tenga un poder infinito”, afirman los republicanos, que temen que Jxcat pretenda que el Consell per la República supervise la acción del Govern de la Generalitat.
Esquerra se opone del todo a que el órgano con sede en Bélgica “supedite” al presidente de la Generalitat. Además, los de Oriol Junqueras lamentan que los posconvergentes usen como moneda de cambio, según dicen, el margen de dos años a la mesa de negociación entre los gobiernos español y catalán –aunque son muy escépticos– para que ERC no ponga muchas condiciones en el
Consell per la República.
Entre poco y demasiado, responden los de Puigdemont. “El problema es que [en ERC] tienen fobia a todo lo que suena a Consell per la República y Puigdemont”, reprochan los posconvergentes. Junts niega que su objetivo sea que el Consell tutele la acción de gobierno de la Generalitat. Eso sí, creen que sí que tiene que llevar el timón de la hoja de ruta independentista.
Una de las discusiones, de hecho, es si la dirección del proceso se tiene que hacer desde el Consell o desde un estado mayor alternativo. Junts prefiere mantener el Consell, pero no quieren crear un escollo insalvable por un acuerdo que confían que llegará. De hecho, ven más problemático la falta de entendimiento por una coordinación del independentismo en Madrid. “Y lo que se vota en Madrid sí que afecta a la gestión diaria de la Generalitat”, remarcan, desde el partido de Puigdemont.
El ente hace días que ha iniciado la ronda de contactos con ERC, Junts, la CUP, Òmnium y la ANC para evitar que se convierta en un escollo en la negociación para formar Govern. De hecho, Esquerra se mostró dispuesta a “descongelar” su participación en el Consell a raíz de la buena sintonía con el vicepresidente del órgano belga, Toni Comín. Pero es en las reuniones entre los republicanos y los posconvergentes donde de vez en cuando afloran las diferencias en este apartado.
En la reunión también se habló de plan de gobierno, y aquí la sintonía es clara. No aún, sin embargo, de estructura institucional, a la espera que ERC haga la propuesta.