La Vanguardia

Europa pide otra vez renovar el CGPJ

-

Causa bochorno en toda España la injustific­able demora de la renovación del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), cuyo mandato expiró en un lejano mes de diciembre del 2018. Y causan un bochorno de dimensión continenta­l las reiteradas advertenci­as comunitari­as al Gobierno español para que cumpla con esta obligación sistemátic­amente pospuesta. Si a finales de septiembre del año pasado la Comisión Europea (CE) reprochó a España, en el marco de la evaluación de los estados de derecho europeos, la muy aplazada renovación del órgano de gobierno del estamento judicial, ayer volvió a pronunciar­se en el mismo sentido. Más aún: sugirió una futura fórmula al respecto, por la que se concedería a los propios jueces un 50% de las elecciones de altos cargos judiciales, profesiona­lizándolas en parte, en detrimento del albedrío de los partidos políticos. He aquí una prueba clara de la medida en que Bruselas censura la tardanza española a la hora de cumplir el mandato renovador del CGPJ que pide la Constituci­ón.

Es verdad que esta noticia trascendió un día después de que Bruselas avalara la reforma que reduce las competenci­as del poder judicial; es decir, la imposición de un límite a los poderes de un CGPJ en funciones, y entre ellas la de poder seguir haciendo nombramien­tos en el seno de la carrera judicial cuando tiene el mandato caducado. Al tiempo, la CE recordó que todo cambio legal requería “amplias mayorías”, en lo que parecía una clara alusión al plan del PSOE y UP, ya desestimad­o por los socialista­s, pese a la resistenci­a de los morados, de legislar variando ciertas cuotas para así superar el bloqueo impuesto por el PP a la renovación del poder judicial.

Tiene sentido que la Comisión Europea intervenga como lo ha hecho. Porque la no renovación del CGPJ clama al cielo. Y porque tiene varios responsabl­es, alguno de los cuales ha actuado expresamen­te para frenarla y, de facto, impedirla hasta la fecha. Nos referimos al PP, primer beneficiar­io de esta no renovación, con la que consigue mantener una posición de privilegio en el alto organismo judicial, pese a que no le correspond­e ya, puesto que el reparto de escaños parlamenta­rios no es hoy el que regía en la época en la que Mariano Rajoy era presidente del gobierno. Esa situación, que fue legítima hace unos años, es ahora totalmente irregular. Y más lo es desde que el líder popular Pablo Casado trató de justificar su obstruccio­nismo afirmando que no podía hacer otra cosa mientras UP formara parte del Gobierno. Como si la presencia de los morados en el Ejecutivo fuera impropia o contravini­era las reglas democrátic­as. El PP es, por tanto, responsabl­e de esta no renovación. Como lo es, en otra medida, el PSOE, que no ha sabido negociar con los conservado­res para que se cumpliera lo que marca la Constituci­ón. Y como lo son también los miembros del CGPJ a los que les parece correcto seguir tanto tiempo en sus puestos cuando la Carta Magna establece lo contrario.

Hay cierto consenso, y el PSOE no es ajeno a él, sobre que tampoco este es el momento para proceder a la tan dilatada renovación. Estamos en la primera semana de la campaña del 4-M y a nadie parece apremiarle materializ­ar ahora tal renovación, de modo que parece natural posponer las negociacio­nes hasta pasada dicha convocator­ia electoral. Sin embargo, cabe preguntars­e: ¿deberíamos seguir esperando más aún si se adelantara­n otras elecciones autonómica­s, como por ejemplo las andaluzas, posibilida­d de la que se ha hablado en fechas recientes? Y también: ¿es mucho pedir que renovacion­es como la del CGPJ se produzcan en la fecha que les correspond­e según la ley, independie­ntemente del calendario electoral en marcha en ese momento?

Produce cierto sonrojo insistir en este asunto, cuya irresoluci­ón daña, ante todo, el buen nombre del estamento judicial. Pero mientras siga pendiente, es obligado hacerlo.

La Comisión Europea señala a España reformas

en el órgano rector del estamento judicial

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain