La Vanguardia

Isabel II cumple hoy 95 años, en pleno duelo por la muerte de su marido

La soberana británica cumple hoy 95 años, doce días después de la muerte de su marido

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MARIÁNGEL ALCÁZAR Barcelona

“Declaro ante vosotros que mi vida entera, ya sea larga o corta, estará dedicada a vuestro servicio y al servicio de nuestra gran familia imperial a la cual todos pertenecem­os.” Isabel de Inglaterra, aún princesa heredera, tenía 21 años cuando pronunció ese compromiso. Su vida ha sido larga, pero siete décadas después, permanece fiel a esas palabras.

La soberana del Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte y de los estados que conforman la Commonweal­th cumple hoy 95 años, un aniversari­o marcado por el reciente fallecimie­nto de su marido durante casi 74 años. Sobre sus hombros recae el peso de la historia y haber superado guerras; la pérdida de las colonias, entre ellas India (la joya de la corona); atentados terrorista­s, incluido el que acabó con lord Mountbatte­n, que fue mentor del actual príncipe de Gales; crisis políticas, económicas y sociales, el Brexit , y un sinfín de conflictos familiares, sin que nada haya hecho mella en su flema británica.

Isabel Alejandra María Windsor nació el 21 de abril de 1926. Reinaba su abuelo Jorge V y era su tío Eduardo quien ejercía de príncipe de Gales. Hija del príncipe Alberto y de la aristócrat­a escocesa Isabel Bowles-lyon, la princesa se crió, junto a su hermana pequeña Margarita, en un hogar más burgués que regio, llamados como estaban a ser unos segundones cuando el hermano mayor de su padre heredara el trono.

Wallis Simpson, la frivolidad y las veleidades nazis de quien fue durante once meses Eduardo VIII, hicieron correr el escalafón. En diciembre de 1936, Alberto fue proclamado Jorge VI y su primogénit­a, que tenía 10 años, pasó a ser la heredera. Su vida quedó marcada, pero fue su decisión y el ejemplo de sus padres lo que le dio fundamento.

Adolescent­e durante la Segunda Guerra Mundial, los británicos no han olvidado su imagen conduciend­o jeeps ambulancia, ni las visitas, junto a sus padres, a los barrios de Londres bombardead­os. Solo su boda, el 20 de noviembre de 1947, con el joven oficial de la Armada Felipe Mountbatte­n, le hizo abandonar la casa paterna.

Cuentan que nunca fue tan feliz como en los primeros años de su matrimonio cuando, como esposa de un mando de la Armada, compartió su destino en Malta. Si la abdicación de su tío cambió su destino, la temprana muerte de su padre, fallecido el 6 de febrero de 1952 a los 56 años, truncó sus años felices como heredera, joven esposa y madre al convertirl­a en reina cuando solo tenía 25 años.

Desde su coronación, el 2 de junio de 1953, la vida de Isabel II ha seguido una línea recta. No sólo no ha flaqueado nunca, ni tan siquiera ha cambiado su imagen. Por su despacho en el palacio de Buckingham han pasado quince primeros ministros, desde Winston Churchill a Boris Johnson, incluida Margaret Tatcher, lo que ya da una idea de los profundos cambios políticos, económicos y sociales que han transcurri­do en paralelo a su vida.

En lo personal, Isabel tuvo dos hijos, Carlos (1948) y Ana (1950), cuando era princesa y dos más, Andrés (1960) y Eduardo (1964) cuando ya era reina. No ha sido una madre al uso, pero no parece que, a pesar de que para ella la Corona siempre ha sido lo primero,

se haya perdido alguna de las alegrías de la maternidad. Tampoco se ha ahorrado disgustos, los más sonados han sido los divorcios de Carlos, Ana y Andrés, los escándalos del príncipe Andrés, y la crisis institucio­nal tras la muerte de Diana de Gales.

Fría, en apariencia, su amor por los animales, principalm­ente caballos y perros, es la llave que ha abierto la puerta de su verdadera personalid­ad. Su reacción tras la muerte de Diana de Gales la convirtió a ojos de la emocionalm­ente alterada opinión pública, en una mujer insensible cuando fue quizá una de las pocas ocasiones en su vida en la que primó su condición de abuela frente a la de reina. En su esquema mental e institucio­nal, además, no caben las reacciones viscerales. La vida le ha demostrado que la calma, la serenidad y la reflexión, aunque te hagan reaccionar tarde, son finalmente las mejores guías.

Durante su reinado ha dado varias veces la vuelta al mundo, principalm­ente por los países de la Commonweal­th, pero rara vez sale del Reino Unido. No es una contradicc­ión. Como reina hace viajes de trabajo pero para sus vacaciones de verano, de finales de junio a septiembre, prefiere el castillo de Balmoral, ubicado en Escocia, la tierra de su madre y, para las de invierno, Sandringha­m, la residencia dónde se instala en Navidades y abandona a primeros de febrero, y en la que su padre murió mientras dormía.

Aunque su residencia oficial es el palacio de Buckingham, Isabel II considera que su verdadero hogar está ubicado en el castillo de Windsor, un inmenso recinto en el que está acotada un ala como residencia real.

Las últimas noticias es que, en adelante, no piensa moverse del lugar en el que su marido murió hace poco más de una semana. Cuentan que, en sus últimos días, Felipe de Edimburgo apenas abandonaba su habitación pero cuando salía el tímido sol de la primavera inglesa se hacía llevar en silla de ruedas hasta los jardines y allí, junto a él, se sentaba Lilibet, también atravesand­o ya la recta final de su vida.

Isabel II ha sobrevivid­o a su marido durante casi 74 años, a la mayoría de sus coetáneos y a los cambios del mundo en general y de la sociedad británica en particular. Lo que no ha variado, y si lo ha hecho ha sido a mejor, es la considerac­ión de los ciudadanos británicos y más allá. La reina de Inglaterra ha conseguido ser la reina de todos, el ejemplo para otras monarquías y el referente de jefes de Estado. Su vida ha sido larga y habría que buscar con lupa una sombra en su trayectori­a pública e, incluso, en la privada.

La reina de Inglaterra pasará el día en Windsor y, por el luto, se han suspendido las salvas de honor

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Felicidad. Isabel y Felipe, en un foto tomada el año 2003 en Escocia, que la casa real hizo pública tras la muerte del duque
 ?? GEORGE RINHART / GETTY ?? Primera foto. Los entonces duques de York, Alberto e Isabel, con su primera hija, nacida el 21 de abril de 1926
GEORGE RINHART / GETTY Primera foto. Los entonces duques de York, Alberto e Isabel, con su primera hija, nacida el 21 de abril de 1926
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WPA POOL / GETTY Olímpica. La reina y su marido junto a un grupo de voluntario­s de los JJ.OO. de Londres, celebrados en el 2012
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KEYSTONE-FRANCE / GETTY Reina. Isabel asumió la corona tras la muerte de su padre, el 6 de febrero de 1952, pero no fue proclamada hasta el 2 de junio de 1953
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Familia. Isabel y Felipe junto a sus hijos, Ana, Andrés, Eduardo y Carlos, en una foto tomada en Buckingham en 1972
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por su esposo
Duelo. La última imagen de la soberana británica se captó el pasado sábado durante el funeral por su esposo
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THE COUNTESS OF WESSEX / AP
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FOX PHOTOS / GETTY
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LEON NEAL / AP

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