Fobia a todo lo privado
España no tiene futuro mientras Podemos esté en el Gobierno”. Esta frase de un alto ejecutivo puede sintetizar la actitud de gran parte del empresariado ante el Gobierno de coalición que preside Pedro Sánchez. El rechazo cada vez es más claro en el mundo empresarial y esto se está visualizando en la campaña electoral a las elecciones madrileñas del 4-M, que se han convertido en una especie de primarias de las generales.
La convivencia con la socialdemocracia ha venido funcionando muy bien durante la transición. Pero la impronta impuesta por Pablo Iglesias “hace que esto sea otra cosa”, se dice. La percepción que existe en el mundo de los negocios es que las posiciones ideológicas se han radicalizado. La izquierda está más preocupada por dificultar el funcionamiento del sector privado que en mejorar la eficacia del sector público.
La colaboración público-privada ha saltado por los aires en algunos ámbitos y ha sido sustituida por la sospecha. Un feeling preocupante en un momento en el que se requiere un esfuerzo colectivo. El cambio ya no es “que las cosas funcionen”, como dijo Felipe González al inicio de la transición. El cambio es que lo público se imponga a lo privado, aunque las cosas dejen de funcionar.
Así se visualiza en la intermediación del mercado de Trabajo, donde el Servicio Público de Empleo (SEPE) apenas coloca al 2% de los parados según datos del INE, no
La colaboración públicoprivada ha saltado por los aires en algunos ámbitos y ha sido sustituida por la sospecha
ha sido capaz de gestionar los ERTE y menos aún de modernizarse tecnológicamente. Se argumenta que su funcionamiento ha empeorado tras el ataque informático que sufrió hace unos meses, pero la realidad es que no ha funcionado nunca y que todos los esfuerzos por cambiarlo desde hace años han fracasado.
La posibilidad de potenciar las agencias privadas de empleo, cuya eficacia se ha podido comprobar en otros países, se rechaza por principios ideológicos. Un país con la mayor tasa de paro de Europa, donde el desempleo juvenil alcanza a casi la mitad de los jóvenes menores de 25 años, no se puede permitir el lujo de no explorar todas las posibilidades para resolver la principal causa de desigualdad.
Pero lo mismo sucede en otros ámbitos. Se ha pegado un tiro de gracia al sistema de pensiones privadas, que era el complemento para evitar en el futuro una vejez pobre. Un sistema basado en el ahorro personal, que tan importante es para pagar nuestro desarrollo económico. Se ha desmontado el sistema sustituyéndolo por fondos colectivos de empresa que no han funcionado nunca y que será difícil que lo hagan.
Lo mismo sucede con la enseñanza, donde se muestra mayor preocupación por la titularidad pública o privada que por tener buenas universidades. La lista puede ser infinita. Se ataca al sector financiero olvidando que la quiebra se produjo en el sector público de cajas de ahorros.
Lo que se pone de manifiesto en el plan de reconstrucción es que sin una colaboración estrecha público-privada no será posible un cambio de modelo productivo. #deestasalimosentretodos, o no salimos.