Acorazado blaugrana
Con Pascual, el Barça ha ganado 309 de los 315 partidos de Liga
Estas cifras son sencillamente brutales. Nunca te paras a analizarlas demasiado cuando estás compitiendo”. Se refiere Raúl Entrerríos, el capitán del Barça, a las 11 Ligas Asobal consecutivas que ha conquistado su equipo, con 309 victorias en los 315 partidos disputados en esos campeonatos, por solo cuatro derrotas y dos empates... Un dominio abrumador que difícilmente se encuentra en otros clubs y disciplinas.
“Estos números asustan un poco”, dice Xavi Pascual, máximo artífice de que el Barça lograse el lunes, con su 28.ª victoria seguida, la 11.ª Liga consecutiva, todas desde el 2010-11, tras cuatro temporadas de dominio del Ciudad Real, que se olvida pronto. El técnico barcelonés, que asumió el cargo en febrero del 2009, ha sabido mantener un nivel de competitividad altísimo cada año, a pesar de las sucesivas renovaciones de la plantilla.
¿Cómo se explica esta hegemonía blaugrana en la Liga, más allá de la desaparición de su antagonista histórico en el 2013? ¿Por qué no cabe la relajación en el Barça a pesar de su superioridad presupuestaria y de calidad de la plantilla?
“Cholo Simeone dijo aquello del ‘partido a partido’, y creo que es esto: el trabajo diario del equipo se refleja en los partidos, el equipo muestra respeto por todos los rivales en todo momento, e intentamos ganar siempre y mostrar un espíritu deportivo absoluto”, arguye Pasqui, gran exprimidor de talento y compromiso. Por eso su Barça rara vez levanta el pie del acelerador.
Se ha podido comprobar un año más: el Barça se ha paseado en la mayoría de pistas y ha infligido palizas sin compasión, con una ventaja media de 14,28 goles. La mayor fue el +26 que asestó al At. Valladolid, un 50-24, mientras que la victoria más justa fue un +9 al Puente Genil (20-29) en la primera vuelta.
Da la clave Entrerríos: “El trabajo diario es lo que nos mantiene alerta, con los pies en el suelo, y lo que nos hace lograr esta serie de victorias y este número de títulos”. Sencillamente –dice el capitán– se trata de una cuestión de exigencia, la que inculca Pasqui. “Es la exigencia por el lugar en el que estamos; a todos los que hemos llegado al Barcelona se nos ha hecho entender el club que representamos, la exigencia máxima que tiene, de salir a por cada competición, no a especular”.
Exigencia, trabajo “con muchísima seriedad” y también “hambre, algo que se ha mantenido siempre; debemos estar muy orgullosos, por los títulos y todo el camino de esta larga etapa”, explica el capitán, uno de los dos supervivientes, con Sorhaindo, del primer Barça campeón de Pascual.
El técnico, en su idea por rejuvenecer la plantilla y mantener la tensión competitiva, en los 12 años en el banquillo ha incorporado a 44 jugadores, el mismo número de salidas, con apuestas por perlas de gran talento, como Mem, Janc, Makuc o en su día Jallouz, así como grandes estrellas –Karabatic, Rutenka, Lazarov, Sterbik, Pálmarsson, Cindric–, que han rematado un bloque indestructible y siempre insaciable.
Sin embargo, al acorazado blaugrana le tocará este verano chapa y pintura a fondo, ya que se marcha un tercio de la plantilla, hasta 6 jugadores de peso (Dolenec, Møller, Mortensen, Sorhaindo, Pálmarsson y Entrerríos, que se retira). Y con la incertidumbre del futuro de la estructura técnica, en manos del presidente Laporta, que el lunes disfrutaba gritando en el vestuario con los gigantes. “Sois el orgullo del club porque os dejáis el alma siempre”, les dijo agradecido.