Los amigos se dan a la literatura
En vez de buscar novias
o darnos sablazos, a los amigos les ha dado por asaltar Sant Jordi
Nunca en la vida había tenido tantos amigos autores. ¡Menuda cosecha la del 2021! En lugar de perseguir tías buenas, darnos sablazos los unos contra los otros y bebernos las Bodegas Apolo, les ha dado por publicar libros. ¡Ya solo falta que planten un árbol y se corten la minga!
¿Qué conviene hacer en estos casos? Yo era de la escuela Don Tancredo porque el lector no tiene culpa de que los amigos se dediquen a las letras en lugar de atropellar a las viejecitas, jugar a fútbol sala –alopécicos contra adiposos– y hablar de señoras, que nos pirran aunque sean como el misterio de las pizzas: redondas, servidas en caja rectangular y cortadas en triángulos.
El asunto es que han escrito libros recomendables y aquí y ahora me comprometo a devolver el importe si no agradan al amante, al novio, al amigo o incluso al marido.
Tres que se salen: Màrius Carol (El camarote del capitán, el gran capitán), Albert Om (El dia que vaig marxar, ameno, profundo y muy recomendable para dejar de odiar la petanca) y Oscar Tusquets (Vivir no es tan divertido, y envejecer, un coñazo, título de ahí queda eso, el primero de muchos fulgores).
¿Quién es el último rais de Oriente y del periodismo de Occidente? Su libro es Tot està per dir, o el realismo mágico de Tomás Alcoverro alimentado por Plàcid Garcia-planas. Y hablando de periodistas. La golfería de Hombres de papel de Santi Giménez, que sabe de fútbol y de bares. A Isidre Ambrós le sucede lo que a mí: habiendo vivido en China, cada día nos sorprende más, de ahí La cara oculta de China. A los amantes de un tiempo, un país, una pluma y no de El Molino: El joven Porcel, de Sergio Vila-sanjuán. Y a los amigos del saber, el Homo rebellis que se ha marcado Lluís Amiguet.
¿Sabe qué era Pokin’s, una Lobito o un par de Sebago? Pijos, de Marc Giró, porque los pijos y las pijas de Barcelona se lo merecen todo.
El lector perspicaz, mi amiga Clarita, el correoso mariscal Joffre y algún observador con mala leche se preguntarán si no tengo acaso amigas que escriban libros, insinuando que son todas rubias o están de veraneo. ¡Qué más quisiera su seguro divorciado! Las amigas y conocidas son más de escribir novelas y uno es de ensayos, libros de memorias, biografía y chorradas de Julio Camba aunque tenga también su recomendación: Gema, de Milena Busquets, autora que nada –y escribe– contra corriente como ninguna.