Cartoon Saloon quiere ya el Oscar
‘Wolfwalkers’ es la última joya del estudio de animación irlandés
Las leyendas son una inagotable fuente de inspiración para crear historias capaces de conmover al público más exigente. Los animadores irlandeses Tomm Moore y Ross Stewart han bebido precisamente de relatos antiguos ambientados en su país para construir Wolfwalkers, una bellísima película en 2D ganadora de cinco premios Annie que podría dar la campanada en los Oscar, con permiso del Soul
de la todopoderosa Pixar.
“Sé que mucha gente se habría llevado una decepción de no estar entre los candidatos, porque mis dos anteriores películas El secreto del libro de Kells y La canción del mar
estuvieron nominadas anteriormente. Estaría bien que este año se rompiera la maldición”, dice esperanzado Moore en una entrevista por videoconferencia con La Vanguardia desde los estudios de Cartoon Saloon en la pequeña ciudad irlandesa de Kilkenny, en la que está ambientada la película.
El embrión de este filme disponible en el catálogo de Apple TV + surgió durante una comida juntos hace siete años y supone la cuarta aventura de Cartoon Saloon de la que es cofundador Moore tras las citadas El secreto del libro de Kells, La canción del mar y El pan de la guerra. “Queríamos hacer otra historia basada en el folclore irlandés que tratara temas como la relación de los humanos con la naturaleza. En Kilkenny siempre ha habido leyendas sobre personas que vivían en los bosques y que estaban condenadas a convertirse en lobos cuando se quedaban dormidas”, explica el cineasta, quien reivindica el valor de una animación “creativa, hecha con técnicas tradicionales que recupera asimismo viejas y encantadoras historias de la cultura irlandesa que a la vez son universales”. Una manera de trabajar muy parecida a la de los estudios Aardman en Inglaterra o el Studio Ghibli en Japón.
Wolfwalkers aúna aventura y fantasía, la que nos lleva a conocer a Robyn, una valiente niña aprendiz de cazadora que viaja de Inglaterra con su padre hasta la Irlanda de 1650, una época dominada por la magia y la superstición, para ayudar a acabar con la última manada de lobos. Un día se adentra en los frondosos y arremolinados bosques de Kilkenny y allí se topa con una traviesa niña de enormes ojos verdes y rebelde melena felina. Mebh tiene la capacidad de transformarse en lobo, puede comunicarse con ellos y goza de poderes curativos. Son lo que se denominan Wolfwalkers, y se defienden de los invasores ingleses. Y es que, pese a que la trama proviene de la mitología, el trasfondo histórico del filme es real y se sitúa en el momento de la brutal invasión de Irlanda a cargo de Oliver Cromwell, el villano con el nombre de el protector del Señor.
El encuentro entre las dos niñas hace que Robyn vea a los lobos de otra manera y se acabe transformando en uno de esos seres que su padre pretende destruir otorgando a la historia un trasfondo de fábula ecologista con la que disfrutará toda la familia.“en Irlanda prácticamente ya no quedan lobos y con su ausencia hemos perdido la auténtica esencia de nosotros mismos”, asegura Moore.
A la preciosa música de Bruno Coulais y la paleta de vivos colores que impregnan esta preciosa historia se añade la de una amistad femenina que reivindica la fuerza de la empatía. “Nuestra primera idea contaba con un chico protagonista, pero vimos que no funcionaba. Al hablar de la madre naturaleza necesitábamos que se reflejara ese poder femenino porque Robyn y Mebh actúan como las dos partes de una misma moneda”. Ahora solo falta que la Academia de Hollywood dé el espaldarazo definitivo a este pequeño gran estudio que apuesta por propuestas animadas diferentes y llenas de sensibilidad.