Palma convertirá un viejo cuartel en un nuevo barrio
El Ayuntamiento está a punto de cerrar un acuerdo con el Ministerio de Transportes para el uso de los terrenos
El antiguo cuartel de Son Busquets, integrado en plena trama urbana de Palma en una cuña situada al norte de la ciudad, entre las calles que dan acceso a las carreteras de Sóller y Valldemossa, ocupa 11 hectáreas de terrenos abandonados, antiguos pabellones, torres de vigilancia y garitas militares pero el Ayuntamiento confía en que en breve toda la zona pueda transformarse en un nuevo barrio con la construcción de 900 viviendas, espacios administrativos y comerciales y zonas de esparcimiento y ocio.
La administración municipal está en contacto con el Ministerio de Transportes para poner punto final a un proceso de urbanización que comenzó a gestarse en la primera legislatura del Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero, con el ya fallecido Joan Mesquida como secretario de Infraestructuras para la Defensa antes de asumir el mando único de la Policía ya la Guardia Civil.
Más de tres lustros después y con un intento de subastar el solar por parte del Ministerio de Defensa, que llegó a pedir más de 40 millones por los terrenos, Palma y el Ministerio de Transportes han llegado a un acuerdo para la firma de un protocolo que permita recuperar para la ciudad el recinto militar. La concejal de Modelo de Ciudad, Neus Truyol, explica que se ha dado un avance importante para garantizar la titularidad pública de los terrenos y evitar la subasta, que lleva años congelada.
Palma espera poder firmar un protocolo que le permita redactar un planificación urbanística basada en el concepto de supermanzana que se ha puesto en marcha en Barcelona, con el propósito de convertir el cuartel “en un referente de sostenibilidad y de calidad urbanística y arquitectónica”, según Truyol. La idea de transformar el conjunto en una supermanzana incluye mantener algunas de las actuales edificaciones militares para destinarlas a otros usos sociales con el fin de preservar elementos históricos y arquitectónicos de la ciudad.
El proyecto de urbanización supone la construcción de entre 831 y 900 viviendas, en función de la superficie final que tengan los pisos, y la intención es que se garantice la existencia de alquileres asequibles. La edificación de las viviendas se hará sobre un total de 83.000 m2 del terreno, a los que se sumarán otros 20.000 m2 para viviendas dotacionales dirigidas a colectivos con necesidades específicas, ya sean colectivos vulnerables, discapacitados, personas de la tercera edad o gente joven. La intención es aprovechar alguno de los edificios ya existentes para instalar allí una residencia de estudiantes
Otros 55.000 m2 se destinarán a usos terciarios, entre los que se encuentran los usos comerciales, administrativos, áreas de coworking, la mitad de los cuales deberán estar integrados dentro de los edificios residenciales. Se prevé una guardería y centros deportivos y socioculturales, de los que al menos el 30% del espacio deberá destinarse a la creación cultural y digital. Otros 25.000 m2 se reservarán para zonas de ocio y espacios libres públicos.
El nuevo barrio deberá respetar unas condiciones específicas de diseño con la preservación del patrimonio existente, espacios públicos arbolados y una óptima eficiencia energética a partir del planeamiento urbanístico y la edificación. La concejal de Modelo de Ciudad asegura que el planteamiento urbanístico será “muy ambicioso” para dar respuesta a las necesidades del barrio a la vista de las enormes expectativas que se han desarrollado durante estos años con la urbanización de los terrenos.
La nueva área urbana, inspirada en las supermanzanas de Barcelona, tendrá 900 viviendas