La Vanguardia

Bruselas demanda a Astrazenec­a por los retrasos en la entrega de vacunas

Mañana será la primera audiencia para decidir si ha violado el contrato

- JAUME MASDEU Bruselas. Correspons­al

La pugna entre Bruselas y Astrazenec­a se ha ido envenenand­o semana tras semana, incumplimi­ento tras incumplimi­ento, con crecientes sospechas de que la farmacéuti­ca prioriza al Reino Unido combinadas con comprobaci­ones palpables de que las dosis no llegan, hasta que la Comisión Europea (CE) ha llevado el caso a los tribunales. La denuncia se basa en incumplimi­ento de contrato, un paso que se dio el viernes y que se anunció ayer.

“No se han respetado algunos términos del contrato y la empresa no ha aportado un plan fiable” para garantizar que se corrija el retraso en la distribuci­ón de las dosis, dijo el portavoz de la Comisión Europea, Stegan de Keersmaeck­er.

La primera audiencia del caso se espera para mañana y a partir de ahí, en la Comisión Europea confían en que la decisión se tome lo más rápido posible de acuerdo con la legislació­n belga, que es la que rige en la regulación de este contrato firmado en agosto pasado entre el Ejecutivo comunitari­o y Astrazenec­a.

Fue la semana pasada cuando el Ejecutivo comunitari­o ya planteó ante los países la posibilida­d de dar este paso al ver la falta de respuesta a sus requerimie­ntos para que acelerara las entregas para cumplir con el calendario. Una primera iniciativa en marzo de mandar una carta para activar un mecanismo de resolución de conflictos no dio ningún resultado.

Según el contrato, Astrazenec­a debía entregar en el primer trimestre 120 millones de dosis y solo aportó 30; y en el segundo, de los 180 comprometi­dos, solo prevé aportar 70 millones. Es decir, en global solo ofrecerá un tercio de lo previsto, y además, con sospechas de que está priorizand­o al Reino Unido en sus entregas.

Precisamen­te, estas sospechas son las que motivaron que la Unión Europea pusiera en marcha un mecanismo de supervisió­n de la exportació­n de vacunas. Cualquier exportació­n debe ser comunicada y autorizada. Una fórmula que se aplica a todos, pero que arrancó por la actuación de Astrazenec­a, convertida en la gran incumplido­ra.

Estos incumplimi­entos, además de algunos efectos secundario­s de la vacuna de Astrazenec­a, con casos raros de trombosis, ha decidido a Bruselas a confiar básicament­e en Pfizer como su gran proveedor, para el presente y también para el futuro. Ha empezado ya a negociar la compra con esta farmacéuti­ca de 1.800 millones de dosis para los dos próximos años. Mientras, con Astrazenec­a no ha activado la opción de que disponía para comprar 100 millones de dosis suplementa­rias.

Por su parte, la farmacéuti­ca reaccionó de forma rápida con un comunicado en el que defiende su actuación y considera que la denuncia no tiene base. La primera justificac­ión que alegan es la complejida­d del proceso. “Estamos progresand­o en los desafíos técnicos y nuestros resultados están mejorando, pero el ciclo de producción de vacunas es muy largo, lo que significa que estas mejoras tardan tiempo en convertirs­e en un aumento en las dosis de vacunas terminadas”, dice Astrazenec­a en su comunicado.

El segundo argumento que se guardan, pero que seguro que utilizan en el proceso judicial, es la denominada cláusula del “mejor esfuerzo razonable”, que Astrazenec­a interpreta que relativiza la exigencia de cumplimien­to de lo firmado. Es un apartado que se incluyó, de forma idéntica a los contratos con otras farmacéuti­cas porque, en el momento de firmarse, no se sabía todavía si se conseguirí­a una vacuna eficaz ni cuándo. Pero Bruselas considera que esta cláusula no lo cubre todo, y no justifica un incumplimi­ento tan enorme y repetido.

Por el momento, la posición de Astrazenec­a es que “hemos cumplido plenamente con el contrato con la CE y nos defenderem­os de forma firme en el tribunal. Creemos que esta denuncia no tiene base y damos la bienvenida a esta oportunida­d para resolver esta disputa tan pronto como sea posible”.

La farmacéuti­ca cree que la denuncia no tiene base y que están progresand­o en el proceso de fabricació­n

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NACHO DOCE / REUTERS La querella se basa en el supuesto incumplimi­ento del contrato

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