La Vanguardia

Un brote contagia a 20 usuarios de un asilo de Esparregue­ra tras ser vacunados

Un hospitaliz­ado, una docena de asintomáti­cos y el resto con síntomas leves

- ÀLEX TORT JAVIER RICOU

No es un caso extraño, ni tampoco imprevisto, pero sí excepciona­l por el elevado número de contagiado­s de una misma burbuja cuando en teoría esas personas están ya inmunizada­s. Un brote de coronaviru­s en una residencia de Esparregue­ra tras la administra­ción de la vacuna en febrero ha contagiado hasta el momento a veinte de sus usuarios, lo que supone casi la mitad de los residentes del centro.

La dirección del geriátrico, la residencia vieja de Can Comelles, informó este pasado domingo por carta a los familiares de los usuarios de la existencia del brote. Una misiva en la que se recalca que todos los contagiado­s presentaba­n, en esos momentos “síntomas leves” y que en una docena de casos no había ninguna sintomatol­ogía.

La alarma saltó este fin de semana cuando los profesiona­les del centro advirtiero­n que algunas ancianas y ancianos presentaba­n síntomas compatible­s con la covid. El protocolo establecid­o para estos casos se desplegó inmediatam­ente con un test de antígenos rápido a todos los usuarios.

Se realizaron 52 pruebas: 32 arrojaron un resultado negativo y 20 de esos tests dieron positivo en coronaviru­s. Ocho de los usuarios contagiado­s presentan síntomas leves y los otros 12, recoge esa carta enviada a los familiares, son asintomáti­cos. Ayer, según pudo saber La Vanguardia, uno de esos usuarios fue ingresado en un hospital para recibir una mejor atención.

Los primeros familiares de residentes que advirtiero­n que algo extraño pasaba en esa residencia tuvieron noticia del brote la mañana del domingo cuando acudieron al centro a buscar a sus parientes para comer fuera de esas instalacio­nes o para dar un paseo con ellos.

Desde el geriátrico se les informó que estaban suspendida­s las salidas y las visitas. Los residentes que han dado positivo –solo conocerse los resultados se llamó por teléfono a los familiares de los contagiado­s– están ya aislados del resto de usuarios. Las visitas y salidas solo se permiten ahora en las dependenci­as de lo que se conoce como la residencia nueva Can Comelles, unas instalacio­nes sin interacció­n con los usuarios alojados en la llamada residencia vieja, donde se detectó el brote.

Joaquín Lopez-contreras, jefe de la Unidad de Enfermedad­es Infecciosa­s de Sant Pau, califica como “excepciona­l” este elevado número de contagiado­s en un solo brote entre personas ya vacunadas, aunque al mismo tiempo llama a la calma para no crear alarmas injustific­adas. El hecho de que la mayoría de esos infectados presenten síntomas leves “es la prueba de que la protección de la vacuna, aunque no es una garantía total para evitar el contagio, sí es, por el contrario, muy eficaz en caso de infección”. Tesis que comparte Tomàs Pumarola, jefe de microbiolo­gía del Vall d’hebron. “Si ese brote se hubiese producido hace seis meses, antes de la vacuna, segurament­e muchos de esos usuarios estarían ahora hospitaliz­ados”, aventura Pumarola. En este caso solo uno de esos residentes ha sido evacuado, por el momento, a un centro sanitario.

“El hecho de que la mayoría de esos residentes no presenten cuadros médicos graves –continúa Pumarola– es la prueba de que la vacuna protege, y mucho, si uno se infecta

Expertos califican de “excepciona­l” el brote, pero recalcan que sin vacuna el resultado sería mucho más grave

una vez inoculado”.

Joaquín López-contreras aventura que ahora toca investigar para determinar el origen de la cepa que ha provocado ese elevado número de contagios en una sola residencia –Pumarola apunta que la británica tiene muchos números– y también recabar informació­n sobre cómo es la vida de esos residentes en el centro (si hay mucho contacto entre ellos) por si ese día a día hubiese podido influir también en el hecho de que se hayan contagiado casi la mitad de los residentes. El virus lo ha podido transmitir cualquiera de esas personas vacunadas (también el personal) por un contagio en el exterior. Los usuarios hace ya semanas que pueden reunirse con sus familiares.

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LUIS TEJIDO / EFE Familiares y cuidadoras pasean a tres mujeres mayores que residen en un asilo del País Vasco

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