La Vanguardia

Una gala que no se olvidará fácilmente

El caos final hace más peculiar la ceremonia rodada por Soderbergh

- GABRIEL LERMAN

Recuerdan los fantástico­s cortos con los que solían comenzar la gala de los Oscars, muchas veces protagoniz­ados por un Billy Crystal que saltaba de una a otra de las películas nominadas? ¿O la vez que se marchó del escenario montado a caballo? Y ¿cuando Ellen Degeneris se hizo una selfie junto a varios de los actores más famosos de Hollywood? Aunque la gala de la edición 93 de los Oscars no tuvo mayores sorpresas, en unos años será recordada como la más inusual de todas. Si algo quedó claro tras tres horas y media repletas de largos discursos leídos del teleprompt­er es que no hubo nada tradiciona­l.

Tal vez el momento más emotivo fue cuando Bryan Cranston apareció en el vacío teatro Kodak en Hollywood, el mismo donde se ha celebrado la gala desde que fue inaugurado en el 2001, y recordó por qué este año no se pudo hacer ahí.

En su lugar, la mayor parte de la ceremonia tuvo lugar en el espacio que ocupaban las taquillas de la principal estación de tren de Los Ángeles, Union Station, que ha aparecido en películas como Blade Runner, Atrápame si puedes y El caballero oscuro: la leyenda renace ,y que gracias a una decoración similar a la de los Globos de Oro, permitió distanciar a los presentes.

Y aunque la nueva realidad con la que debemos convivir ya se hizo notar en la diminuta alfombra roja, en la que los pocos periodista­s que tuvieron sitio entrevista­ban desde lejos a los nominados, algunos de los mejores momentos de la noche coincidier­on con la desaparici­ón de esa distancia que lo cambió todo.

Yuh-jung Youn, la coreana que hizo historia al llevarse el Oscar a la mejor actriz de reparto, no dejó pasar que fuera el mismísimo Brad Pitt quien anunciara ese premio. Inició un diálogo con él casi a gritos, y cuando le tocó marcharse, encontró la forma de acercarse al ídolo para terminar tomándolo del brazo.

Algo similar ocurrió cuando en los últimos 15 minutos el comediante Lil Rel Howery entró en la sala para organizar un juego de preguntas y respuestas sobre canciones afroameric­anas, un soplo de aire fresco dentro de un formato excesivame­nte estructura­do, y cuando invitó a participar a Glenn Close, la ocho veces nominada no solo reconoció el tema, Da Butt de E.U., sino que se atrevió a bailarlo a menos de un metro y medio del humorista.

Y cuando Rita Moreno anunció que Nomadland se llevaba la estatuilla a mejor película, no hubo distancia alguna entre Chloé Zhao y su equipo de productore­s que incluía a Frances Mcdormand. La gran intérprete, que regresaría inmediatam­ente para recibir su tercer Oscar a la mejor actriz, dio una clase magistral sobre cómo decir solo lo imprescind­ible las dos veces que estuvo frente al micrófono, a diferencia de muchos de los que dieron discursos de aceptación, que aprovechar­on que no había una orquesta en vivo que los interrumpi­ese para seguir hasta el hartazgo.

Hay que reconocer, sin embargo, que en el plano estético todo estuvo muy bien cuidado, y que la decisión de Steven Soderbergh de no permitir comunicaci­ones vía Zoom como en los Globos en los que los nominados estuviesen vestidos de estar por casa, dio un toque global a la ceremonia que no había tenido antes.

Los nominados de Londres estaban en lo que parecía ser un cine, los de París y Roma aparentaba­n estar en una azotea y los que se encontraba­n en Sidney tenían como fondo el icónico puerto de esa ciudad. Pero si algo garantiza que esta gala no caerá en el olvido es su caótico final. Quizás en un segundo puesto des

En Londres estaban en lo que parecía ser un cine y los de París y Roma aparentaba­n estar en una azotea

pués del papelón del 2017, cuando Warren Beatty y Faye Dunaway leyeron el nombre de la ganadora a mejor película que no era, por una mala estrategia de la organizaci­ón.

Pensando que el galardón a mejor actor sería para Chadwick Boseman, decidieron cambiar el orden tradiciona­l en la entrega de los premios para cerrar la gala con un homenaje póstumo al protagonis­ta de

Black Panther, pero para sorpresa de todos, el Oscar fue para Hopkins, quien no asistió. Tras unos segundos de duda en la que solo estaba su foto, el DJ Questlove hizo las veces de maestro de ceremonias y cerró una gala ciertament­e peculiar.

 ??  ??
 ?? A.M.P.A.S / REUTERS ?? Joaquin Phoenix Pensando que el Oscar a mejor actor sería para Chadwick Boseman, se decidió cambiar el orden de entrega ...
A.M.P.A.S / REUTERS Joaquin Phoenix Pensando que el Oscar a mejor actor sería para Chadwick Boseman, se decidió cambiar el orden de entrega ...

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain