En brazos de la mujer madura
¿Cuándo fue que la Academia de Hollywood dejó de calcular y compensar las edades de las actrices premiadas en una ceremonia de los Oscars? O bien en la categoría de principal o bien en la de secundaria, la estatuilla recaía siempre en un bombón que alegrara la vista y acaparara las cámaras. Y, oh, ¡sorpresa! Esta vez son ambas maravillosamente maduras. Son personas antes que cuerpos, mujeres sabias antes que repeinadas. Mcdormand (63) y la surcoreana Yuh-jung Youn (73), ambas luminosas, sientan un precedente del que a Hollywood le va a costar zafarse. Y lo mejor de la velada fue la habilidad de la dama asiática para el piropo: “Señor Pitt, por fin, encantada de conocerle...” Eso mismo que a la inversa han tenido que soportar siempre las mujeres de buen ver en la industria del cine, lo encajaba en esta ceremonia con deportividad el sex symbol de Mr and Mrs Smith. El lenguaje corporal de Brad Pitt denotaba, sin embargo, cierta incomodidad por otra parte muy sana: ¿a quién le halaga un piropo sexista por muy fino e irónico que, como fue el caso, sea servido?
Al salir del escenario Youn siguió al galán –qué voz tiene, ¿verdad?– hasta cogerle del brazo. Y se fotografió con él. ¡Ni covid ni puñetas! Y Pitt, tres palmos más alto, seguía con las manos en los bolsillos y la nuca estirada, a la defensiva... ja ja.