Jugar con la moda como antes
Los Oscars devuelven la magia a las alfombras rojas
La industria de la moda por fin ha vuelto a brillar en la alfombra roja. La 93ª edición de los premios de la Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas de Hollywood ha devuelto la magia a la industria del entretenimiento al ser la primera gala completamente presencial desde el inicio de la pandemia. Los aclamados premios del cine han puesto sobre la mesa, o mejor dicho sobre la alfombra roja, la importancia de recuperar los eventos de Hollywood como escaparates de la alta costura. Colas infinitas, trajes de etiqueta y vestidos de tul que cortan la respiración desfilaron ayer de madrugada por pasarela de la vanidad inolvidable en la Union Station de Los Ángeles.
El gran evento exigía una rigurosa etiqueta. La espectacularidad se convertía así en un requisito crucial para devolver el prestigio a la Fiesta del Cine y muchas estrellas aceptaron con gusto el reto. La actriz Amanda Seyfried entusiasmó a los televidentes e internautas que siguieron en directo la gala al lucir un arrebatador diseño de Armani, en un llamativo rojo intenso, con un exagerado escote en V y de corte princesa. El volumen en faldas abullonadas y con numerosas capas, fueron protagonistas indiscutibles de la velada gracias a famosas como la actriz Carey Mulligan, que escogió un diseño dorado de la última colección de alta costura de Valentino para dar vida a la codiciada estatuilla, como también Laura Pausini, de clásico negro y firmado por el mismo diseñador italiano.
Si bien es cierto que la elegancia y el decoro se impusieron con trajes como el diseño de gasa de Dolce&gabanna de Halle Berry –quien además estrenó para la ocasión una cortísima melena bob– la tendencia de romper con el protocolo que viene imponiéndose en anteriores galas se materializó a través del polémico vestido de Andra Day. La pieza dorada firmada por Vera Wang contaba con exageradas aberturas que hacían el diseño más acorde al una Gala Met que a un acto tan solemne como el de los Oscars. No es la primera vez que el escándalo pisa este evento. Son vestidos de impacto que ejercen bien su función y dan juego a la antesala de los premios.
Otra de las tácticas que se ha recuperado en esta alfombra roja de los Oscar es la de utilizar el vestuario para lanzar un mensaje. Repasar cada detalle y accesorio de los posados de las celebridades como si de una búsqueda del tesoro se tratara es el pasatiempo preferido de los internautas durante la gala. El más potente llegó de la mano de los directores de Dos completos desconocidos, Travon Free y Martin Desmond Roe. Los cineastas, galardonados por
su retrato en la gran pantalla de la violencia policial en Estados Unidos, no dejaron pasar la oportunidad de hacer una declaración política en la alfombra roja y homenajearon la figura de George Floyd al llevar escrito su nombre en sus zapatos, como también el de otras personas negras asesinadas por agentes de la policía en el interior de sus americanas. Igual de intenso fue el nostálgico homenaje de H.E.R a Prince, a través de un hermoso diseño de Peter Dunas. La artista vistió un mono brillante violeta, con capa y capucha, inspirado en el traje de lentejuelas que lució el estadounidense cuando fue galardonado en estos mismo premios, en 1985. Porque, ¿qué sería de los Oscars sin estos pequeños detalles, homenajes y vestidos de ensueño? Tras esta edición de la fiesta del cine, la magia del vestir vuelve a ocupar el lugar que le pertenece, tanto en Hollywood como en el imaginario de la población.