Barcelona opta a sede sanitaria europea
Ayuntamiento y Generalitat quieren acoger la autoridad de respuesta a emergencias sanitarias
Las anteriores decepciones no han conseguido que Barcelona arrojara la toalla. La capital catalana no renuncia a ser algún día sede de una institución europea. Y la pandemia le brinda ahora una nueva oportunidad. La alcaldesa Ada Colau y la consellera de Salut, Alba Vergés, confirmaron ayer una operación que empezó a tejerse hace pocos días y que requerirá del respaldo del Gobierno español –que ya ha cursado acuse de recibo– y, llegado el caso, de que los hados de la geoestrategia comunitaria sean esta vez favorables. Barcelona quiere acoger la futura Autoridad Europea de Preparación y Respuesta ante las Emergencias Sanitarias, un organismo de nueva creación que la UE, tras la experiencia de la covid, pretende activar no antes del 2023.
El camino hacia el éxito es largo y tortuoso. El anuncio de ayer dista mucho de ser el de una candidatura. Es poco más que una declaración de intenciones y una muestra de interés que, de entrada, no parece que vaya a encontrarse con el rechazo del Gobierno central. Este sería en definitiva el encargado de defender las opciones de Barcelona –o de otra ciudad española que levante el dedo– ante sus socios comunitarios. En noviembre del 2020, la Comisión Europea decidió impulsar la creación de la HERA (acrónimo de la denominación en inglés, Health Emergency Preparedness and Response Authority). El objetivo de este organismo será fortalecer la coordinación de la Unión Europea ante grandes emergencias sanitarias transfronterizas, como la covid u otras crisis que pueden desencadenarse en el futuro. La HERA sería el equivalente europeo de la estadounidense Autoridad Biomédica de Investigación y Desarrollo (Barda).
El pasado 31 de marzo la Comisión Europea abrió un periodo de consulta pública, que finaliza el 12 de mayo, para pulsar el interés de las ciudades y los estados por este nuevo organismo comunitario. Las candidaturas oficiales se conocerán a finales de este año. La decisión sobre la sede la tomarán los 27 estados miembros de la UE en abril del 2022 y la autoridad comenzaría a ejercer en la ciudad elegida en el 2023.
La Generalitat vio la ventana de oportunidad que se abría para Barcelona y rápidamente se puso de acuerdo con el Ayuntamiento. Fue la consellera Vergés quien realizó el primer contacto con la ministra Carolina Darias. También ha mediado conversación entre el conseller de Exteriors, Bernat Solé, y la ministra Arancha González Laya. Mientras tanto, las dos administraciones catalanas han expresado su voluntad de crear un grupo de trabajo para impulsar esta iniciativa conjunta, elaborar la propuesta oficial y recoger las adhesiones y las ideas de las entidades y profesionales de la investigación y la innovación en el ámbito de la biomedicina y las ciencias de la salud.
Los promotores de esta precandidatura no han entrado a evaluar todavía cuestiones como la de la infraestructura que necesitaría esta autoridad europea. El hecho de que la HERA sea de nueva creación hace que aún no se conozca, por ejemplo, cuántas personas ocupará o qué espacio necesitará. De entrada, tanto Vergés como Colau se muestran esperanzadas. “Es una oportunidad. Barcelona tiene potencial, un ecosistema, un buen sistema sanitario, industria, investigación biomédica. Barcelona y Catalunya están muy bien posicionadas”, dijo la consellera. “Somos una ciudad muy bien posicionada, que tiene todos los elementos para ser finalista, pero debemos ser prudentes porque seguro que habrá mucha competencia”, remató la alcaldesa.