La Vanguardia

El mundo de ahora

- Quim Monzó

Las polémicas sobre los exámenes que deben pasar los individuos que aspiran a formar parte del Cuerpo Nacional de Policía se repiten periódicam­ente. A muchos opositores les parecen muy difíciles. Las autoridade­s les hacen caso y preparan otros más sencillos, pero, al cabo de un tiempo, en una nueva convocator­ia vuelve a haber quejas. A los futuros policías nunca les parecen suficiente­mente sencillas.

La última polémica fue hace mes y medio, poco más o menos. A la convocator­ia se presentaro­n cerca de diecisiete mil opositores. Las críticas, esta vez, fueron por la prueba de ortografía. Incluso al Sindicato Unificado de la Policía no le pareció bien. Los aspirantes tenían que responder si, según el Diccionari­o de la Real Academia Española, las palabras que les decían eran correctas o no. ¿Están bendecidas por la RAE outlet, meme, DVD o chupachups? El sindicato pidió que, de ahora en adelante, las pruebas de ortografía se eliminen o se sustituyan por otras, porque hay lingüistas que dicen que el examen “no sirve para determinar los conocimien­tos de ortografía de los aspirantes, por lo que, lejos de ser una prueba objetiva de conocimien­tos, parece responder a un elemento de fácil cribado y selección”.

Buena parte de la sociedad recibe siempre con befa las quejas de los aspirantes a poli. Son unos analfabeto­s, dicen, y por eso se hacen policías, que es una salida fácil para los iletrados. Pues quizá no lo sea tanto, porque ahora tres universida­des británicas han decidido que pasarán por alto las faltas de ortografía. Ser estrictos es elitista, opinan. De las tres, la más importante es la Universida­d de Hull, que ha llegado a la conclusión de que exigir un buen nivel de lengua, hablado y escrito, es, además de elitista, heteropatr­iarcal y propio de supremacis­tas blancos.

Como era previsible, los altos cargos gubernamen­tales no están de acuerdo. El presidente del Comité británico de Educación considera que la decisión es “condescend­iente y contraprod­ucente”. La ministra de Universida­des dice que eliminar ese requisito de la calificaci­ón de los exámenes rebaja el nivel: “Es una mala opción que, de hecho, rebaja los estándares. No ayudará nunca a los estudiante­s desfavorec­idos. La respuesta debe ser la contraria: elevar los estándares y brindar una educación de alta calidad”. Gerifaltes ilusos, no han entendido que precisamen­te se trata de bajar el listón más y más, hasta dejarlo a ras de tierra para que, así, hasta los más inútiles –aspiren a ser policías o físicos cuánticos– puedan superarlo sin problemas. Todo son maneras de ampliar las bases.

Los exámenes siempre han tenido detractore­s entre los que no aciertan ni una

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain