La Vanguardia

El mal sueño de la ultraderec­ha

-

No deja de ser curioso que durante mucho tiempo determinad­as naciones y sociedades estaban convencida­s de ser inmunes a las políticas de ultraderec­ha, ya fuera por su larga tradición democrátic­a o porque su derrota en la II Guerra Mundial había actuado como vacuna. Los estadounid­enses y británicos estaban convencido­s de que sus estados nunca habían caído en la tentación fascista porque el espíritu de sus gentes era profundame­nte democrátic­o. Igualmente, los países escandinav­os considerab­an que sus ciudadanos eran liberales hasta el punto de que nunca podrían sucumbir al populismo de derechas. Por no hablar de Alemania, traumatiza­da por el Holocausto, o España, donde la democracia había borrado las huellas de la dictadura.

Pero la realidad nos ha enseñado que nada de eso era cierto, con la excepción de Canadá y Portugal, donde la ultraderec­ha de momento no ha triunfado en las urnas. La extrema derecha ha venido para quedarse y solo nos queda poner todo el acento en fortalecer la democracia liberal. Eso es al menos lo

Vox ha crecido por la tensión en torno al independen­tismo y los escándalos del PP

que defiende Cas Mudde, profesor de política internacio­nal de la Universida­d de Georgia y autor del libro La ultraderec­ha hoy (Paidós). Mudde dedica bastantes páginas a estudiar el fenómeno de Vox en España, cuya radicalida­d ha emergido en la batalla de Madrid, con discursos que nos hacen temer lo peor. ¿Y qué es lo peor? Pues que acaben blanqueado­s por un sector del PP en su afán por obtener mayorías para gobernar y que el odio se convierta en argumento electoral.

El politólogo considera que el rápido crecimient­o de Vox es el resultado de las tensiones en torno al independen­tismo catalán y de los escándalos de corrupción en el PP. Pero el terreno estaba abonado, pues el franquismo ha quedado lejos en el tiempo, la gran recesión sacudió el sistema tradiciona­l de partidos y la pésima gestión del centrodere­cha dejó un reguero de votantes derechista­s insatisfec­hos. Vox ha logrado lo que a los partidos ultras de otros países les llevó décadas conseguir: entrar en un Parlamento autonómico como el andaluz y convertirs­e en la tercera fuerza en el Congreso. Según Mudde, “si nos limitamos a combatir la ultraderec­ha, no estaremos reforzando necesariam­ente la democracia liberal, pero, por definición, si reforzamos la democracia liberal, sí estaremos debilitand­o a la ultraderec­ha”. Y concluyo con Mario Benedetti: “De dos peligros debe cuidarse el hombre nuevo: de la derecha cuando es diestra y de la izquierda cuando es siniestra”. ●

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain