La UEFA aplaza la factura al Real
Las personas poderosas pueden ser encantadoras, muy naturales y hasta simpáticas aunque solo sea porque les basta con la corrección para ganarse al personal. La gente que carece de poder, el 99% de la humanidad, tiene un concepto negativo de los que mandan, pinchan y cortan, a quienes atribuyen gran parte de sus males, ya sea el niño que no estudia, la pasta que derrocha o la desilusión vital. Los poderosos son muy necesarios porque son el perfecto chivo expiatorio.
No, anoche no hubo un arbitraje terrorífico o sibilino contra el Real Madrid, como algunos se temían como represalia por el desafío a la UEFA de la Superliga. El holandés Danny Makelle pasó desapercibido, como reza el tópico para decir que estuvo bien aunque de un tiempo a esta parte los árbitros ya no son bajitos ni tienen cara de malas pulgas, como decía el tópico y confirmaba la realidad, con todo el cariño para el gran Zariquiegui, árbitro navarro de orejas notables.
¿El triunfo del fair play? Wait and see, como dicen los lores, los analistas y los expertísimos. Y es que hay algo que distingue a los poderosos: jamás, jamás perdonan una afrenta porque de lo contrario no serían poderosos sino almas cándidas, hermanitas de la caridad o personas corrientes.
Esperar que anoche mismo hubiese un arbitraje perjudicial para el Real Madrid es propio de gente sin poder, incapaz de aplazar las represalias. Gente que se calienta en un atasco, brama cuando le quitan un taxi o montan un pollo en el restaurante porque
Nadie poderoso perdona una afrenta –para perdón el del Chelsea–, pero pensar que llegaría anoche es conocer mal la UEFA
hay una mosca en la sopa.
La UEFA pasará factura al Real Madrid sin que sea algo personal: un poderoso no puede permitirse la debilidad de la indulgencia porque la gente dejaría de temerle y adiós poder. Ya llegará un arbitraje adverso, alguna sanción o un calendario incómodo. ¿Acaso el Real Madrid no estará en la próxima Liga de Campeones? ¿Acaso no tendrán alguna petición o esperarán alguna deferencia? Tarde o temprano, la factura llegará...
La buena noticia para el Real Madrid se llama Benzema y el instinto de supervivencia demostrado cuando habiendo podido irse al descanso con un 0-2 se quedaron con un empate a uno. El Chelsea tuvo entres las dieciséis cuerdas al Real Madrid y fue incapaz de rematar al contrincante herido, error imperdonable que demuestra que no es un equipo grande y poderoso sino perdonavidas. Les falta ese algo que diferencia a los clubs que ganan cuando juegan regular de los que empatan moviendo bien el balón, imponiendo el ritmo y disponiendo de oportunidades. Hay eliminatoria y psicológicamente sale reforzado el Real Madrid de cara a la vuelta, siempre y cuando Benzema no falte a la cita y sus laterales canten menos que anoche. Y eso que van muy, muy justos.