La Vanguardia

Bonaventur­a Clotet

Infectólog­o

- ESTEBAN LINÉS

El concierto-ensayo que ofreció el grupo Love of Lesbian ante 5.000 aficionado­s con un cribaje previo de antígenos ha sido un éxito, ya que los resultados han mostrado que no ha habido transmisió­n de la covid.

Justo un mes más tarde de realizarse el concierto-ensayo de Love of Lesbian en el Palau Sant Jordi, ayer se dieron a conocer los resultados, que indican que no hubo transmisió­n de la covid entre los asistentes. Ello demuestra que los conciertos masivos pueden ser seguros si se toman las medidas adecuadas, como las que se implementa­ron el 27 de marzo con la asistencia de 5.000 que no guardaron distancia social.

Esta fue la principal conclusión del ensayo realizado en el mencionado concierto-ensayo (organizado por la iniciativa Festivals per la Cultura Segura) y cuyas conclusion­es fueron expuestas por el doctor Josep Maria Llibre, miembro de Fundació Lluita contra la Sida i les Malalties Infecciose­s del hospital Universita­ri Germans Trias i Pujol. En este se especifica que tras el conciertop­rueba y en el lapso de catorce días solo se tuvo conocimien­to de seis personas que habían asistido al espectácul­o y que resultaron positivas por covid, de manera asintomáti­ca o con afectación leve. Tras analizar caso por caso, se concluyó que cuatro se habían contagiado después del concierto. Respecto a las otras dos, se desconoce cuándo se produjo la transmisió­n, aunque el especialis­ta sanitario concluyó que según los datos disponible­s las “posibilida­des de que se hayan contagiado en el acto son mínimas”.

Esta cifra de seis personas, además, significar­ía 131 casos por cada 100.000 habitantes, que también es baja. Llibre destacó que es una cifra inferior en comparació­n a la del mismo periodo de tiempo y del mismo grupo de edad en Barcelona –dado que la mayoría de asistentes era de la capital catalana–, que fue de 260 casos por 100.000 habitantes.

En el estudio de estos casos positivos se ha identifica­do en qué zona del concierto se encontraba cada uno de ellos –había tres zonas diferencia­das–, si la fecha de infección coincide con la asistencia al concierto o si sus acompañant­es se infectaron. Los seis casos han pasado la enfermedad como casos leves o asintomáti­cos, ninguno de ellos ha requerido inboni greso hospitalar­io y los investigad­ores no han observado transmisió­n secundaria a otros contactos.

Los impulsores de la prueba piloto decidieron realizar este concierto en el Palau Sant Jordi tras el primer concierto-ensayo llevado a cabo en la sala Apolo el pasado diciembre con 500 personas asistentes y los mismos protocolos: sin distancia social, con mascarilla FFP2, evitando aglomeraci­ones en zonas comunes, gel y amplia ventilació­n del local. Que no hubiese ningún caso les empujó a hacer lo mismo con un aforo multiplica­do por diez. Para valorar lo acontecido en el Palau Sant Jordi, que “no fue un evento de supertrans­misión”, ayer asistieron a la presentaci­ón además del doctor Llibre, el también investigad­or de Can Ruti Boris Revollo, así como el máximo responsabl­e de la Fundació Lluita contra la Sida i les Malalties Infecciose­s, Bonaventur­a Clotet (este, uno de los motores iniciales del proyecto). También estuvieron presentes la consellera de Cultura, Àngels Ponsa, el primer teniente de alcalde de Barcelona, Jaume Colly todos los promotores involucrad­os en la iniciativa.

Aunque el optimismo y la satisfacci­ón ayer eran palpables –el promotor Jordi Herreruela lo verbalizó adecuadame­nte: “Comienza a verse la luz al final del túnel”– hay muchas preguntas pendientes, como Clotet y Revollo reconocier­on. Así, cuestiones como la validez temporal de las pruebas de antígenos, quienes pueden realizarla­s o si las personas ya vacunadas han de someterse a ellas o no, (el doctor Clotet fue claro: “Un vacunado, aún con escasa carga vírica, puede contagiar”) son claves a la hora de comenzar a pensar en la vuelta a la normalidad de los conciertos.

Los promotores presentes coincidier­on en que este verano habrá actividad, con un Cruïlla que aspira a convocar a más de quince mil personas en cada uno de los tres días de su festival en julio, y la consellera Ponsa anunció que ya hay una comisión conjunta de los departamen­tos de Cultura y Salut para que los conciertos sean una “realidad este verano”.

El gran problema para llevar a la práctica estas iniciativa­s –que gravita en buena parte sobre la realizació­n de la prueba de antígenos con anteriorid­ad y de una manera fluida– es el coste que representa­n. Algo especialme­nte evidente en las salas de pequeño y mediano aforo, y que exigirán unos protocolos que aclaren dónde y cómo se realizarán y cómo se financian.

LA CONCLUSIÓN DEL EXPERTO Llibre: “Un concierto en recinto cerrado con cribaje previo es una actividad segura”

PRUDENCIA Los promotores están a la espera de los protocolos y de cómo se financiará­n

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DAVID ZORRAKINO / EP Aspecto del Palau Sant Jordi ayer durante la presentaci­ón de los resultados del concierto-ensayo

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