Japón extiende la emergencia a 11 semanas del inicio de los JJ.OO.
El aumento de casos de covid obliga al Gobierno a prorrogar las restricciones
Japón no puede con el virus. A falta de solo 11 semanas para la inauguración de los Juegos Olímpicos, el Gobierno se vio forzado a extender el estado de emergencia en Tokio y otras prefecturas hasta finales de mayo para tratar de contener los contagios. Su decisión arroja nuevas dudas sobre la capacidad del país de sacar adelante de manera segura la competición deportiva y da argumentos a la mayoría de nipones que abogan por cancelar o retrasar la cita.
El anuncio del primer ministro, Yoshihide Suga, especificó que la alerta sanitaria decretada el pasado 25 de abril en Tokio, Osaka, Kioto y Hyogo se prolongará hasta el 31 de mayo, y que ahora se le añaden las prefecturas de Aichi y Fukuoka. Con esta ampliación, las restricciones ya afectan a un tercio de los 126 millones de habitantes del país.
Las autoridades tomaron esta decisión debido a que, para los estándares del país, el número de nuevos casos sigue siendo alto en las grandes ciudades –ayer Tokio sumó otros 907, y Osaka, 1.005 más– y que los hospitales están bajo presión. “No estamos en una situación en la que podamos levantar el estado de emergencia”, resumió la gobernadora de Tokio, Yuriko Koike.
Tras el anuncio, seguirán en pie las peticiones a bares y restaurantes para que no sirvan alcohol o la celebración de eventos deportivos u otros actos con límites en el aforo. Eso sí, el Ejecutivo planea aliviar ciertas restricciones que afectan a las grandes superficies comerciales. En vez de pedirles cerrar del todo, com hizo hace dos semanas, les insta a adelantar su horario de cierre.
Los problemas con el patógeno están erosionando a marchas forzadas la popularidad de Suga, a quien se le reprocha su gestión frente a esta última ola de contagios y la lentitud del programa de vacunación. Esa mala planificación se traduce en un raquítico 2,2% de población inoculada con inyectables de Pfizer, la única vacuna aprobada hasta ahora en el país.
Según múltiples encuestas, el miedo a que los JJ.OO. agraven la situación sanitaria hace que la mayoría de nipones se opongan a su celebración este verano y apuesten por su aplazamiento o cancelación definitiva. Una petición lanzada en Change.org para su suspensión atrajo en pocas horas más de 200.000 firmas, el mayor apoyo a una propuesta en esta plataforma desde que comenzó a funcionar la versión japonesa.
Ayer mismo, la presidenta del comité organizador, Seiko Hashimoto, aseguró que “ve muy difícil” que el presidente del Comité Olímpico Internacional, Thomas Bach, pueda seguir adelante con la visita prevista para el día 17 por la situación sanitaria del país.
Por ahora, se ha descartado la asistencia a los Juegos de espectadores procedentes del extranjero, y todavía está por ver si se permite el acceso del público local. Mientras, la antorcha olímpica sigue su ruta a trompicones dadas las prohibiciones que van surgiendo sobre la marcha para que no transite por algunas vías públicas por miedo a que la asistencia de público provoque nuevos contagios. ●
La decisión arroja nuevas dudas sobre la capacidad de Tokio de sacar adelante unos Juegos seguros