Hope rescata “la obra maestra desconocida”
El violinista sudafricano regresa a L’auditori con una OBC dirigida por Anja Bihlmaier
Un día Daniel Hope iba al volante de su coche. La radio en marcha. Sonaba una música nueva. Desconocida. Era el concierto para violín de Mieczyslaw Weinberg. Hope, violinista sudafricano de fama internacional, tuvo que parar. Acababa de escuchar “una obra maestra” ignorada. Y se puso en marcha para rescatar esa pieza del olvido. Esta tarde y mañana por la mañana la interpretará en L’auditori para que llegue al máximo de oídos posible, porque es “estética, emocionante, nostálgica; es una belleza”.
Hope, que regresa a Barcelona, donde ya ha actuado en una veintena de ocasiones, actuará acompañado de la Orquestra Simfònica de Barcelona i Nacional de Cataluya dirigida por la alemana Anja Bihlmaier –la tercera de las cinco batutas mujeres que visitan la OBC esta primavera–, que regalará la Sinfonía núm. 4 de Schumann. Dos piezas muy diferentes, compuestas con 110 años de diferencia, pero con algunos elementos en común, pues ambas son “apasionadas y no comprometidas”.
El público de Barcelona podrá conocer a Weinberg gracias a la pandemia que, como ocurre siempre con todo lo malo, ha traído algo bueno. Hope había elegido una pieza de Ígor Stravinski para su regreso a la capital catalana, pero la puesta en escena de esa obra requería de una gran orquesta cuyo despliegue no permiten las restricciones por la covid. Así que el violinista decidió cambiar de repertorio y llevar al escenario a Weinberg, un músico de vida y obra apasionantes.
Weinberg vivió en la URSS durante los difíciles años del stalinismo. Acusado de haber conspirado en Crimea, acabó recluido en un gulag. A la muerte de Stalin, fue liberado y regresó a la vida civil haciéndose un hueco en el mundo de la música como pianista de prestigio, pero sobre todo como compositor de bandas sonoras y en particular para las películas de dibujos animados. Hope lo rescatará hoy del olvido con la esperanza de que “venga mucha gente a oírlo, pues realmente vale la pena”.