Cadáveres en el chifonier
Talking heads
Autor: Alan Bennett Dirección e interpretación: L. Barba, I. Colomer y L. Lambert Lugar y fecha: Teatre Akadèmia (1/V/2021)
Antigüedades y avaricia; jardinería y violencia de género; vicarías y alcoholismo. Los tres monólogos de Alan Bennett reunidos en Talking Heads abren las cancelas de los patios traseros de la Inglaterra tranquila del Brexit. Textos que rezuman ingenio y conocimiento de los secretos de las clases medias que guardan las esencias de orden y tradición. Bennett escudriña a sus coetáneos como Agatha Christie lanza a Miss Marple a cazar sospechosos entre sorbos de té y comentarios intrascendentes: deja que hablen y entre pausas cargadas de sobreentendidos revelen su infelicidad.
Una butaca historiada hasta la deformación y una gran mesa y un armario similares crean un espacio reconocible y abstracto: opulencia clásica cubierta de barro y pústulas. Entre los muebles se mueven Lurdes Barba, Imma Colomer y Lina Lambert, actrices y directoras unas de las otras. Cada una contando su historia con la actitud de quien expresa el mismo displicente interés por una mala hierba en un jardín que por la existencia de Dios. Señoras bien que dejan caer grumos de clasismo, racismo, envidia, prácticas sexuales inconfesables, soledad, adulterio y deseos frustrados. Y mientras los siete pecados capitales de los ingleses desfilan el público ríe con las desventuras de tres mujeres que han interiorizado la desgracia propia y ajena.
Imposible no dejarse llevar por la lúcida ironía de Bennett que dibuja un retrato complejo de la tristeza de los suburbios. Y las tres actrices no pueden administrar mejor los ahogados humores de estos guiones con interpretaciones que hacen de la normalidad una lección actoral. Solo colocando con precisión un leve giro en el tono o alargando una pausa se abren los misterios de la gente corriente en una curva ascendente del peso de la hipocresía en esas vidas reprimidas: Colomer es fina codicia disfrazada de buena samaritana; Barba protagoniza un inesperado cuento de traumáticas revelaciones; y Lambert es la encarnación de la mujer del vicario (atea, alcohólica y sexualmente insatisfecha) presa en su cruel lucidez.