La covid arrastra a Antonio Miró a suspender pagos
La firma licenciataria apuesta por la continuidad
Antonio Miró SL, compañía participada al 70% por la empresaria Andrea Arquero y en un 30% por el célebre modisto Antonio Miró, ha presentado concurso de acreedores en los juzgados de Barcelona. El juzgado mercantil 1 de la capital catalana, dirigido por la magistrada Yolanda Ríos, ha declarado el concurso y ha nombrado administradora a Olga Forner, de Marimón Abogados.
La sociedad, que no cuenta ni con fábricas ni con tiendas propias, se ha visto arrastrada al concurso por la brutal caída del negocio derivado de la crisis iniciada en el 2020 con la aparición de la covid. Antonio Miró es licenciataria de la marca y su actividad se circunscribe a la gestión de los servicios de licencia para terceros en múltiples productos.
La facturación por royaltis rondaba los 200.000 euros antes de la pandemia y cayó hasta los 150.000 euros en el 2019. El año pasado, con el desplome de las ventas de sus clientes por la limitación de los viajes y las restric900.000 ciones a la actividad comercial, los ingresos se desplomaron hasta los 100.000 euros. “Se trata de un negocio puramente de servicios en la actualidad, funcionamos con un equipo muy pequeño que abastece nuestras licencias y todo funciona muy bien, pero la deuda heredada junto con la pérdida en el 2018 de la licencia de
Cortefiel y la gran caída debida a la covid, nos han puesto en una situación muy complicada”, dijo ayer Arquero.
Tras muchos meses de esfuerzos por aguantar, Antonio Miró, asesorada por Santiago Torent, del despacho Lener, decidió presentar concurso de acreedores de continuidad con el objetivo de intentar reestructurar la deuda financiera, que asciende a unos euros. En la compañía son optimistas en cuanto a las posibilidades de éxito de las negociaciones con la banca.
Antonio Miró es un icono de la alta costura. Como recuerda Arquero, “la marca nació en Barcelona hace más de cuatro décadas y aúna diseño, autenticidad y elegancia con colecciones marcadas por la sobriedad y los materiales y acabados de máxima calidad”. En Barcelona, la firma tiene su principal ventana al exterior en un único establecimiento en la calle Enric Granados, en un espacio en el que se muestran las creaciones del director artístico Albert Villagrasa y donde se acogen encuentros culturales y sociales con la colaboración de empresas como Vilarnau, Damm, Sony, Carrasco Guijuelo, Rey Silo o La Regañá Don Pelayo.
La empresa ha participado en la mayoría de las últimas ediciones del 080 Barcelona Fashion, donde ha presentado colecciones inspiradas siempre en el arte, la arquitectura y tratando de reflexionar en cada una de las colecciones sobre cuestiones importantes del momento.
La compañía confía en ser capaz de llegar a un acuerdo con los acreedores para renegociar su deuda